China ha basado su desarrollo económico en las últimas décadas en convertirse en la gran “fábrica” del mundo. Buena parte de los productos y de las materias primas que se consumen a nivel global proceden del país asiático, lo que le ha llevado a ser el principal importador de petróleo.
Tras las medidas de bloqueo impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania, el país ha estrechado sus lazos comerciales con su socio asiático. Ofreciéndole múltiples descuentos a la hora de comprar petróleo. Esto ha llevado a Rusia a convertirse en el principal proveedor de crudo de China, superando a Arabia Saudí, que hasta 2022 ocupaba esa posición de liderazgo en el mercado asiático.
Récord de compras
Durante el pasado año, China importó 563,99 millones de toneladas métricas de crudo. De ellas, 107 millones de toneladas procedían de Rusia. Cifra que supone casi una cuarta parte de las compras de crudo que China hizo a Rusia en 2022.
Las compras a Arabia Saudí durante 2023 se redujeron a 86 millones de toneladas, un 1,8% menos que el volumen registrado en el año anterior.
Fueron empresas estatales como Sinopec y Zhenhua Oil las que más aumentaron sus compras de crudo ruso.
Irak y Malasia siguen teniendo un peso importante en las importaciones de crudo por parte de China. Siendo el tercer y cuarto proveedor, respectivamente. No obstante, parte del petróleo adquirido a Malasia es, en realidad, procedente de Irán, un exportador que está sancionado a nivel internacional.
El precio del petróleo ruso está al alza
Desde el año 2022, el crudo ruso ha sido rechazado en el mercado por diferentes países occidentales a raíz de la invasión de Ucrania. Sin embargo, las refinerías chinas e indias han aumentado su demanda, lo que ha provocado un aumento del precio del petróleo ruso.
En 2023, el barril llegó a superar la barrera de 60 dólares impuesta por el G-7 en diciembre del año anterior. Esto implica que en China han estado comprando petróleo ruso a un precio superior al que deberían pagar por él. Sin embargo, el hecho de que la ruta de navegación sea más corta, permite ajustar los precios, haciendo que el crudo ruso resulte más atractivo para el gigante asiático que el llegado de otros puntos del mundo.
También la decisión de Arabia Saudí ha impulsado las exportaciones petroleras rusas. Durante 2023, el país árabe adoptó una política de reducción de la producción de barriles diarios para impulsar el precio del crudo hacia arriba. Sin embargo, esta medida acabó por provocar un descenso en su demanda tanto en China como en otros países.
El dilema del precio del petróleo
En la situación actual, con importantes tensiones geopolíticas a nivel global, los especialistas lo tienen complicado para hacer una previsión sobre qué ocurrirá con el precio del crudo en los próximos meses.
El barril de petróleo acumuló a finales de 2023 varias semanas consecutivas de bajada en su precio. Aunque a finales de verano se estimaba que para diciembre podría superar los 100 dólares, en el último mes del año el precio del barril apenas llegaba a los 80.
Con la tensión en el Mar Rojo, el precio del barril ha estado en aumento en las últimas semanas, pero no ha llegado a dispararse.
La mayoría de los expertos creen que, aunque habrá subidas, es probable que estas sean bastante contenidas, porque la demanda de crudo está a la baja, a la vez que aumenta la oferta.
Países como Estados Unidos o Brasil están aumentando su producción diaria de barriles, y esto está ejerciendo más presión sobre los países de la OPEP. Dando como resultado que el precio del petróleo esté más contenido de lo que sería esperable en un entorno tan volátil a nivel geopolítico como el actual.