En Bruselas, la capital de Bélgica, un imponente desfile de tractores ha tomado las calles este jueves, marcando un hito en las protestas de agricultores y ganaderos de la Unión Europea. Convocados por la Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC), estos manifestantes se congregaron ante el Parlamento Europeo con demandas claras: el fin de los acuerdos de libre comercio con Mercosur, igualdad en las exigencias para las importaciones y producciones europeas, y un alivio ante la «costosa» carga burocrática de las normativas agrarias y medioambientales.
La Plaza de Luxemburgo y sus alrededores se vieron inundadas por más de un millar de tractores, entre los que figuran agricultores españoles de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA). Esta concentración coincide con una cumbre europea que reúne a líderes de los 27 estados miembros, a solo metros de distancia.
ASAJA se ha sumado a estas protestas, anunciando su participación contra «la injusta y difícil situación que asola al campo europeo», y destacando la unión con representantes de Italia y Portugal.
La movilización en Bruselas no se trata de un hecho aislado, sino el punto culminante de una serie de protestas llevadas a cabo en Francia, Bélgica, Alemania, España y otros países durante la semana, reflejando un malestar generalizado en el sector agrícola europeo.
El presidente francés Emmanuel Macron mostró su interés en abordar el tema agrícola con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (CE). Macron busca discutir cambios en la política agraria, enfocándose en las reglas de barbecho y la importación de productos ucranianos, en un intento de responder a las crecientes protestas en su país.
Por su parte, la Comisión Europea propuso extender las ventajas comerciales a Ucrania durante otro año, para apoyar su economía ante la invasión rusa, pero con salvaguardias para proteger los mercados agrícolas de los países miembros en caso de necesidad. Además, la Comisión sugirió derogar la norma de barbecho para el año 2024, una demanda directa de los manifestantes.