La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) confirmó el pasado miércoles 31 de enero que mantenía los tipos de interés congelados en el mismo nivel en el que han estado los meses anteriores. En una horquilla entre el 5,25% y el 5,5%, lo que supone su nivel más alto desde el año 2001.
La Fed comenzó a aplicar subidas de los tipos de interés a mediados de 2022 para poner freno a una inflación que crecía rápidamente. Práctica que también puso en marcha en Europa el Banco Central Europeo (BCE). Pero hace ya varios meses que ambas autoridades mantienen los tipos en un nivel estable, sin subidas ni bajadas.
Jerome Powell, máximo responsable de la Fed, declaró en su comparecencia que no es apropiado reducir ahora los tipos de interés. Siendo mejor esperar a que los movimientos de la inflación hacia abajo se consoliden y esta llegue a un nivel del 2%.
Una decisión unánime
En otras ocasiones, las decisiones sobre los tipos de interés han suscitado más debate interno dentro de la Reserva Federal pero, en este caso, la decisión de mantener los tipos se ha tomado de forma unánime.
El comunicado emitido al respecto declara que la entidad está preparada para ajustar la postura de la política monetaria estadounidense según corresponda si aparecen nuevos riesgos que puedan afectar al cumplimiento del objetivo de llegar a una inflación del 2%.
Una posición muy similar a la que ha mantenido en los últimos meses el BCE. Que también ha declarado que está preparado para tomar medidas si la situación cambia y la inflación empieza a subir de nuevo.
El informe de la Fed destaca que la actividad económica en Estados Unidos se ha expandido de forma sólida en los últimos meses. Aunque esto ha hecho bajar el nivel de inflación, para el organismo regulador los niveles actuales todavía son altos. Por eso, no considera recomendable empezar ya con la rebaja de los tipos de interés.
Los buenos resultados de Estados Unidos en 2023
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), máximo responsable de tomar las decisiones sobre los tipos de interés dentro de la Fed, ha destacado en un informe que la perspectivas económicas todavía son inciertas, y hay que hacer un seguimiento de los riesgos de inflación.
No obstante, la economía estadounidense ha dado muestras de crecimiento en los últimos meses, y finalizó 2023 con resultados mejores a los previstos por los especialistas.
Según datos oficiales, el Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos en 2023 experimentó un crecimiento del 3,1% con respecto al año anterior. Principalmente por el mayor gasto que realizaron los consumidores en el mercado, a pesar de que la inflación elevó los precios.
La inflación cerró el año en un 3,4%, tras varias bajadas consecutivas en términos interanuales y un ligero repunte en los últimos meses del año.
En materia de empleo, en diciembre se crearon en el país 216.000 nuevos puestos de trabajo, lo que supone 43.000 más que en noviembre. Esto ha permitido cerrar el año con una tasa de desempleo del 3,7%.
El objetivo de la Fed es que el país alcance el máximo nivel de empleo posible y que la tasa de inflación del 2% pueda mantenerse a largo plazo. A medida que se vaya acercando a ese objetivo, los tipos de interés comenzarán a bajar de forma progresiva.
En el caso de Europa, el BCE también prefiere actuar con precaución y mantener los tipos de interés elevados durante unos meses más. Si la inflación demuestra que la bajada no es algo puntual sino una tendencia, entonces empezarán a realizarse ajustes. Tal y como han señalado sus máximos responsables en alguna ocasión.