Los grandes bancos han presentado sus resultados del primer trimestre de 2024. Cifras que reflejan que entre enero y marzo de este año han obtenido un beneficio neto conjunto de 6.566 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 15,3% con respecto al mismo período del año pasado.
Este resultado es el obtenido una vez pagado el impuesto a la banca, que ha supuesto para estas entidades un desembolso de 1.478,6 millones de euros. Una cifra un 32% superior a la abonada por este concepto el año anterior.
La que más ha contribuido a las Arcas Públicas mediante el pago de este impuesto extraordinario es CaixaBank, que ha aportado 493 millones de euros durante el primer trimestre del año. Le sigue Banco Santander con 335 millones, después BBVA con 285 millones de euros, Sabadell con 195 millones, Bankinter con 95 millones y Unicaja Banco con 78,6 millones de euros.
Las entidades tienen que pagar por este impuesto el 4,8% de sus ingresos por su actividad bancaria en España, siempre y cuando su facturación esté por encima de los 800 millones de euros. Una parte de la obligación tributaria se liquida en febrero y la otra en septiembre.
Aunque esta figura del impuesto extraordinario a la banca solo debía estar vigente para los años 2022 y 2023 (con recaudaciones en 2023 y 2024), a final del año pasado se prorrogó su vigencia hasta 2024, por lo que en 2025 habrá una nueva recaudación.
Los resultados por entidad
Banco Santander ha sido la entidad que mayor beneficio ha obtenido durante el período de enero a marzo. Ha ganado 2.852 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 11% en comparación interanual.
El segundo en el ranking es el BBVA, con un beneficio neto atribuido de 2.200 millones de euros en los tres primeros meses del año. Esto supone un incremento del 19,1% con respecto a los datos del primer trimestre de 2023.
CaixaBank ha cerrado el primer trimestre con un beneficio neto de 1.005 millones de euros. Unos resultados que superan en un 17,5% a los obtenidos en el mismo período del año pasado.
Banco Sabadell ha obtenido un beneficio neto atribuido de 308 millones de euros, y se posiciona como la entidad que más ha mejorado su rentabilidad, con un incremento del 50,4% con respecto al primer trimestre de 2023.
Después se sitúa Bankinter, con un beneficio neto de 201 millones de euros. Un alza del 9% en comparación con los resultados de los primeros meses del año pasado.
El ranking lo cierra Unicaja, que ha registrado unas ganancias de 111 millones de euros entre enero y marzo, superando también los beneficios obtenidos en el mismo período de 2023.
2023 fue un año de récord para la banca española. Los cinco grandes bancos ganaron en conjunto 38.922 millones de euros, una cifra que nunca antes se había alcanzado. Ahora, los buenos resultados del primer trimestre llevan a los expertos a vaticinar que este también puede ser un año de récord.
Las razones del notable incremento de los beneficios de los bancos
Aunque los informes de los bancos justifican el fuerte crecimiento de sus beneficios por la adopción de medidas de gestión más eficaces, los especialistas no están de acuerdo.
Para los economistas, los buenos resultados de los bancos a lo largo de 2023 y en lo que va de 2024, se debe a la vigencia de unos tipos de interés que se mantienen muy altos.
La política de subida de tipos de interés que ha estado aplicando el Banco Central Europeo (BCE) para controlar la inflación, permite a los bancos obtener altos rendimientos por el dinero prestado. Mientras que ninguna ley les obliga a subir la remuneración que ofrecen a los clientes por el dinero depositado.
Según datos del Banco de España, durante 2023 las entidades bancarias ofrecían depósitos corrientes con una media del 0,15% de los intereses, mientras cobraban más del 8% por el dinero prestado a sus clientes.
Esta situación ha llevado a un grupo de economistas y miembros del Parlamento Europeo a denunciar las “ganancias extraordinarias” de la banca. Destacan que la notable diferencia entre la rentabilidad que ofrecen los bancos por los depósitos a sus clientes y lo que cobran como intereses por los préstamos, puede socavar la confianza en la política monetaria del BCE, y exacerbar la división entre el sector financiero y el público en general.