Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), unos 975 millones de turistas viajaron internacionalmente entre enero y septiembre de 2023. Cifra que supone un crecimiento del 38% con respecto a la registrada en el mismo período del año anterior.
Tras la retirada definitiva de las medidas anti-Covid a nivel global, el turismo se ha recuperado rápidamente, y prácticamente se han superado los niveles registrados antes del comienzo de la pandemia. Algunos destinos incluso han mejorado los resultados que obtenían antes de la crisis del Covid-19.
En el caso de España, el país recibió 85,1 millones de visitantes a lo largo del año pasado, que gastaron 108.662 millones de euros. Se logró así rebasar la anterior cifra récord de entradas de 2019, cuando llegaron 83,5 millones de turistas.
Desde hace años España y Francia se disputan el liderazgo como destinos turísticos más importantes a nivel mundial. De cara a este año, se espera que tras la temporada estival las cifras sean superiores a las registradas en 2023.
Esto convierte al turismo en uno de los sectores con mayor peso sobre la economía española, lo cual tiene consecuencias positivas y negativas.
Una importante fuente de ingresos y empleo
Los expertos destacan que el lado bueno del turismo de masas es que supone un importante impulso para la economía.
España ha cerrado un primer trimestre de récord en materia de turismo. Solo en el mes de marzo, el país recibió 6,3 millones de turistas internacionales, lo que supone un crecimiento del 21% con respecto al mes de marzo del año pasado.
No solo ha crecido el número de turistas, también lo ha hecho el dinero que gastan. En marzo, los visitantes extranjeros gastaron 8.652 millones de euros, casi un 30% más que la cifra registrada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el mismo período de 2023.
En el acumulado del primer trimestre, el número de turistas internacionales en comparación interanual ha crecido un 17,7%, superando los 16 millones. Mientras que su gasto ha crecido un 27,2% en comparación interanual, sumando 21.948 millones de euros entre enero y marzo.
Esto posiciona a las ramas de actividad relacionadas con el turismo como algunas de las más importantes en materia de creación de empleo. En verano de 2023, uno de cada cuatro empleos creados estaba relacionado con el sector del turismo, y se espera que esta tendencia se mantenga este año, o incluso que crezca el peso de este campo de actividad sobre la creación de puestos de trabajo.
Fomento de la actividad en el sector de la construcción
Para hacer frente a la llegada masiva de visitantes extranjeros, hace falta construir alojamientos y nuevas infraestructuras que garanticen la prestación de servicios esenciales y de ocio y entretenimiento.
El sector de la construcción ha estado en contracción en los últimos años, tanto en España como en el conjunto de la Unión Europea. Pero los resultados en España han estado mejorando en los últimos meses, por el impulso que supone para el sector la reactivación de proyectos hoteleros que habían quedado interrumpidos por la pandemia.
Un reciente estudio de la firma tecnológica de soluciones analíticas DoubleTrade, ha puesto de manifiesto que la industria hotelera está ante un año histórico. Entre enero y marzo ha crecido un 64,8%, con 412 obras en marcha, cuyo valor supera los 1.950 millones de euros.
En 2023 la construcción hotelera creció un 11,9% para dar respuesta a la creciente demanda turística en España, y este 2024 se espera que la demanda de construcción y rehabilitación de hoteles sea todavía mayor.
Algunos expertos hablan ya de un boom en el sector de los hoteles de lujo, ya que una de cada cinco aperturas de las 260 que están previstas hasta 2025, serán de establecimientos de alta gama. La mitad de ellos concentrados en las regiones de Málaga, Madrid, Valencia y Canarias.
Pero no todos los países perciben el boom de construcción de hoteles como algo positivo. En el caso de Países Bajos, se ha optado por limitar la construcción de hoteles en Ámsterdam, para poner coto al turismo masivo.
Ámsterdam cuenta con 541 hoteles que ofrecen unas 40.000 habitaciones, en una ciudad con 935.000 habitantes. A fin de “mantener una ciudad habitable para sus residentes”, el ayuntamiento ha tomado la decisión de prohibir la construcción de nuevos hoteles en la mayor parte de sus distritos. La medida ya estaba en marcha desde 2016, pero ahora se va a aplicar con carácter permanente y con menos margen para las excepciones.
En España, tanto Barcelona como Madrid adoptaron antes de la pandemia normas que prohibían la apertura de nuevos hoteles en el centro, pero el gran desarrollo de los pisos turísticos ha llevado a los consistorios a ajustar estas regulaciones.
Descontento social por el turismo masivo
El turismo de masas tiene efectos positivos sobre la economía, pero su impacto puede llegar a ser negativo en el día a día de los vecinos de ciudades y barrios que reciben miles de visitantes cada día.
En Málaga, Mallorca, Barcelona y las Islas Canarias ya se han producido algunos movimientos sociales en contra de la llegada masiva de turistas. Los habitantes se quejan de que las calles están siempre llenas de gente, aumenta la inseguridad, y se vuelve casi imposible alquilar o comprar una vivienda, porque los inversores solo quieren destinarlas al alquiler turístico.
Este problema también se da a nivel global. En Ámsterdam, las autoridades y los habitantes llevan meses intentando tomar medidas para que los turistas incívicos (muchos de ellos en estado de ebriedad) se adueñen de sus calles. Mientras que en la ciudad de Kioto, en Japón, se ha optado por precintar las carreteras para evitar que la urbe acabe convertida en un “parque temático” para los turistas.
En el caso de Hawái, los habitantes ruegan encarecidamente a los turistas que no vayan por allí. Porque la presencia masiva de personas en la isla está provocando importantes problemas como grandes congestiones de tráfico y esperas de más de 90 minutos para poder comer en un restaurante.
A pesar del crecimiento de la “turismofobia” en muchas partes del mundo, el número de viajeros extranjeros no ha caído, sino todo lo contrario.
En el caso de España, se espera que este año lleguen 91 millones de viajeros internacionales, un 7% más que en 2023. Su gasto podría estar cerca de los 125.000 millones de euros, un 15% más que el registrado el año pasado. Los especialistas destacan que la inflación, unida a la alta demanda de alojamientos y servicios turísticos, permite a las empresas del sector ajustar sus precios con un mayor porcentaje de margen. Por eso, se espera un año de auténtico récord.