El “Barómetro de la Salud Bucodental en España 2023”, elaborado por Institutos Odontológicos, ha puesto de relieve que el 79% de los encuestados han padecido caries a lo largo de su vida. Y que los niños tienen su primera consulta con el dentista cinco años más tarde de lo que recomienda la Sociedad Española de Odontopediatría.
Aunque la autopercepción de la salud bucodental es buena en líneas generales, el alto coste de los servicios de salud dental continúa siendo la barrera más importante para el acceso a este servicio.
Las principales razones para no ir al dentista
Entre los encuestados, el miedo y los nervios se posicionan como algunos de los principales motivos para no acudir a los servicios dentales. Pero solo un 22% de los encuestados sí reducen sus visitas con el especialista en salud bucodental por miedo o por considerar que el tratamiento les va a doler. Mientras que un 39% manifiesta que no acude al dentista tanto como debería por el alto coste de los servicios de estos profesionales.
Por este mismo motivo, la contratación de seguros dentales no ha parado de crecer en el último decenio. Ya que para muchas personas es la forma más asequible de poder acceder a tratamientos básicos para cuidar de su salud bucodental.
El informe “Salud bucodental y exclusión económica: un coste social evitable”, elaborado por Donte Group, revela que casi el 10% de los españoles no pueden acudir al dentista por razones económicas. El problema afecta especialmente a los más jóvenes, con una incidencia del 77% de dientes cariados en la población de entre 12 y 15 años. Y tiene una mayor incidencia entre las mujeres que entre los hombres.
Alberto Montero, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga y uno de los profesionales que han participado en la elaboración de este estudio, destaca que las enfermedades bucodentales tienen un gradiente socioeconómico, de forma que se concentran en mayor medida entre la población con menos recursos.
El informe también señala que la eliminación de situaciones de vulnerabilidad por motivos económicos sería posible con un gasto público de entre 208 y 277 millones de euros.
En la actualidad, el gasto público español destinado a la salud bucodental es del 2% del gasto total en sanidad, mientras que la media en la Unión Europea es del 31%.
Para los expertos, la atención bucodental es la gran olvidada en el Sistema Nacional de Salud, cuando el grado de prevalencia de la enfermedad bucodental alcanza casi al 30% de la población adulta. Por eso, creen que la reforma del sistema de atención bucodental debería orientarse hacia la concienciación, la prevención, el diagnóstico y el tratamiento temprano de enfermedades, ya que este coste es inferior al que supone tener que tratar patologías derivadas de la falta de prevención.
Ayudas autonómicas para ir al dentista
En España, la Seguridad Social cubre muy pocos tratamientos dentales, pero algunas comunidades autónomas cuentan con ayudas para financiar diferentes servicios.
Ayudas para el dentista en la Comunidad de Madrid
Las medidas están destinadas a los mayores de 80 años, y persiguen la financiación total de los tratamientos dentales que suele requerir este grupo demográfico. Lo que incluye desde la atención a las caries hasta las prótesis dentales.
Para acceder a estas ayudas hay que solicitar cita en Atención Primaria para una evaluación inicial. Después, el médico derivará al paciente a la consulta del odontólogo colegiado de su elección, dentro del cuadro de profesionales que están adheridos.
Se estima que hasta 360.000 personas van a poder beneficiarse de esta medida.
Ayudas para el dentista en la Región de Murcia
Las ayudas de esta autonomía llegan hasta los 3.000 euros en el caso de personas que tengan reconocida una discapacidad igual o superior al 33% y los mayores de 65 años.
Para poder acceder a ellas es necesario:
- Residir y estar empadronado en cualquier municipio de la Región de Murcia en el momento de solicitar la ayuda.
- Ser pensionista de la Seguridad Social (no importa la modalidad) o cónyuge de un pensionista.
- Que la afección de salud bucodental que motiva la petición de la ayuda se haya producido en el mismo año en el que se emite la convocatoria.
- Que el coste total de la ayuda sea, al menos, de 100 euros.
- En el caso de ayudas técnicas, hay que presentar un informe médico que acredite su necesidad.
Deducción de los tratamientos de salud bucodental en la declaración de la Renta
A nivel estatal no es posible deducirse los gastos realizados en consultas al dentista, pero sí hay algunas comunidades autónomas que permiten aplicar desgravación de lo gastado en salud bucodental con respecto al tramo autonómico del IRPF.
En Cantabria es posible deducir el 10% de los honorarios abonados a los profesionales de salud dental, hasta un máximo de 500 euros si se opta por tributación individual y de 700 euros si es una tributación conjunta.
Siempre y cuando la suma de la base imponible general y de la base imponible del ahorro no supere los 22.946 euros en tributación individual o los 31.485 euros en tributación conjunta.
En el caso de las Islas Canarias, los contribuyentes se pueden deducir hasta el 12% del importe de los gastos destinados a prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades y de salud dental, hasta un máximo de 600 euros en tributación individual y 700 euros si el contribuyente tiene una discapacidad igual o superior al 65%.
En el caso de declaración conjunta, el límite sube hasta los 840 euros anuales, y hasta 940 euros si alguno de los contribuyentes tiene una discapacidad reconocida igual o superior al 65%.
Para poder aplicar esta deducción es necesario que la suma de la base imponible general y de la base imponible del ahorro no supere los 42.900 euros en tributación individual, o los 57.200 euros en tributación conjunta.
En la Comunidad Valencia se permite la desgravación de ciertos tratamientos de odontología y ortodoncia, como las endodoncias, los implantes, los curetajes o los empastes. La desgravación es de un 30% del importe del tratamiento, hasta un máximo de 150 euros.
En el caso de contribuyentes que puedan deducir lo pagado en tratamientos de salud bucodental, es aconsejable guardar las facturas durante cuatro años, para poder presentarlas en caso de una posible inspección por parte de Hacienda.