Durante 2023, el negocio de la distribución alimentaria creció en España un 10,1% anual, situándose por encima de la media europea. Y ello a pesar de la bajada del 1,5% en las ventas por efecto directo de la alta inflación.
Para los próximos años, la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) prevé un incremento del 3,3% en el crecimiento del sector de la alimentación en España, debido al aumento del gasto per cápita de los consumidores. Un gasto que se situará en 3.242 euros al año por habitante en 2028.
Desaceleración durante 2023 y crecimiento en los próximos años
Las presiones inflacionistas pasaron facturas a la industria de la alimentación y las bebidas durante el año pasado. A pesar de ello, el sector sigue siendo uno de los más fuertes y estratégicos dentro de la economía española.
La producción real del sector alcanzó el año pasado un valor de 162.459 millones de euros, lo que supuso un descenso del 2,6% con respecto a los datos de 2022. Un resultado que los expertos justifican por el efecto de la influencia inflacionaria en los costes de la industria, unido a la debilidad de las exportaciones y de la demanda interna.
De cara al futuro más inmediato, las previsiones hablan de un crecimiento en el gasto alimentario dentro del mercado nacional, hasta alcanzar los 58.000 millones de euros en 2028. Crecimiento que se verá impulsado por la evolución de los canales “discount”, las compras de conveniencia y el canal online.
La compra online en el sector de la alimentación
La compra online de alimentación tiene todavía poco peso, pero esta situación cambiará a nivel europeo en los próximos años. Porque las previsiones estiman que este será el canal de venta de alimentación y bebidas que más va a crecer, debido a un incremento en el mercado de operadores dedicados en exclusiva a la venta online de productos de alimentación, y también por la puesta en marcha de soluciones omnicanal por parte de los retailers y distribuidores “tradicionales”.
No obstante, la previsión de Aecoc es que los supermercados no pierdan su posición dominante en el mercado en lo que a venta de productos de alimentación se refiere. Los que sí enfrentarán algunos retos serán los hipermercados, que pueden perder algo de cuota de mercado.
En líneas generales, la venta tradicional de productos de alimentación irá perdiendo terreno en los próximos años, a medida que los consumidores se vayan decantando por canales más innovadores.
Crece el sector de la comida rápida
Los cambios en el consumo también están afectando a otros sectores vinculados con la alimentación, como ocurre con el de la comida rápida.
Según el Observatorio Sectorial DBK de INFORMA, el valor de mercado de la comida rápida se situó en 2023 en 5.330 millones de euros, lo que supone un incremento del 10,9% con respecto a 2023. Tras los aumentos del 22% y del 27% registrados respectivamente en 2022 y 2021.
La facturación de los establecimientos de comida rápida creció debido al incremento de los precios, el aumento de los niveles de consumo en sala hasta superar las cifras previas a la pandemia y el crecimiento de los pedidos para llevar y entregar a domicilio.
Lo que también aumentó fue la oferta de establecimientos. Al cierre del año pasado operaban en España 5.820 locales dedicados a la venta de comida rápida, entre franquicias de cadenas reconocidas y nuevas enseñas. No obstante, el sector muestra un alto grado de concentración en torno a un número reducido de grandes cadenas. De hecho, las cinco primeras marcas del sector de la comida rápida poseen algo más del 50% de la oferta total de establecimientos.
Por productos, las hamburguesas, las pizzas y los bocadillos son los productos que más se vendieron el año pasado. Con incrementos en la facturación de entre el 12% y el 4%.
Tras varios ejercicios consecutivos de crecimiento por encima del 10%, se espera que en los próximos años haya una tendencia a la desaceleración. Aunque estudios como el de “Europa-Signos de Esperanza: The State of Grocery Retail 2024” hablan de un previsible incremento en el mercado de la comida para llevar en comparación con el comercio minorista en los próximos cinco años. La expectativa de crecimiento de la alimentación fuera del hogar es de un 8%, frente al crecimiento del 3% previsto para la venta detallista de alimentos en Europa.