viernes, noviembre 22, 2024
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Bruselas impondrá aranceles a los coches eléctricos procedentes de China

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Europa y Estados Unidos llevan tiempo mirando con recelo la capacidad productiva china. El país asiático está considerado la “fábrica” del mundo, y ha encontrado en las subvenciones gubernamentales la clave para poder seguir ofreciendo productos a un precio mucho más bajo del que tienen artículos similares fabricados en otras partes del globo.

El último punto de discordia entre China y Bruselas son los coches eléctricos. La Comisión Europea entiende que los subsidios que ofrece Pekín a  los fabricantes de automóviles eléctricos suponen una desventaja ilegal que daña al sector de la automoción europea. Por ello, ha decidido imponer aranceles del 38% a la importación de estos medios de transporte.

Las ayudas del Gobierno chino al sector automovilístico

El Colegio de Comisarios de Bruselas ha estado haciendo una investigación sobre la situación del coche eléctrico chino, y ha llegado a la conclusión de que los fabricantes chinos disfrutan de una ventaja desleal que les permite poner en el mercado europeo modelos de automóviles eléctricos a un precio mucho más bajo que los que son fabricados en Europea. 

La investigación ha revelado que las subvenciones son algo omnipresente en el sector chino del vehículo eléctrico. Se ha llegado a detectar la inyección de dinero público en toda la cadena de suministro, desde la extracción de las materias primas hasta la producción de células de baterías y la fabricación de los vehículos. Incluso los servicios de transporte que se encargan de trasladar los coches hasta los puertos europeos cuentan con apoyo económico estatal de Pekín.

Las ayudas incluyen subvenciones directas, reducciones fiscales y préstamos preferenciales, y han sido recibidas por más de 100 empresas. No obstante, algunas de las empresas a las que se solicitó información, y el propio Gobierno de China, se negaron a colaborar en esta investigación.

En busca de una solución a largo plazo

La conclusión a la que ha llegado Bruselas es que el uso de subvenciones a gran escala en el sector del vehículo eléctrico en China puede causar un importante perjuicio a la industria de la Unión Europea. Porque para las empresas establecidas en territorio de la Unión resulta imposible competir con importaciones a bajo coste.

Esto podría causar un problema económico en los fabricantes de automóviles, que obstaculizara su transición de los motores de combustión a las baterías eléctricas en los tiempos que marca la legislación comunitaria.

Para evitar problemas a corto y largo plazo, se ha optado por imponer aranceles. A partir del 4 de julio se aplicarán aranceles del 17,4% a los vehículos de BYD, del 20% a los de Geely y del 38,1% a los de SAIC. El resto de fabricantes, tendrán que hacer frente a un arancel del 21% para sus vehículos si colaboraron con la Comisión Europea en su investigación, y del 38,1% si no colaboraron.

Las conclusiones del estudio se han hecho llegar a las autoridades chinas, con el objetivo de que ambas partes puedan alcanzar una solución que sea compatible con las normas de la Organización Mundial del Comercio. Por eso, se espera que los aranceles sean algo temporal y que, con el tiempo, se pueda llegar a un acuerdo que beneficie a todos los implicados.

Valdis Dombrovskis, vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario y responsable de comercio, ha destacado que el objetivo no es cerrar el mercado europeo al coche eléctrico chino, sino asegurar una competencia leal.

La Comisión ha informado ya a las compañías chinas afectadas, que tienen un plazo de varios días para trasladar a los servicios comunitarios su opinión con respecto a la exactitud de los cálculos. Por lo que todavía hay margen para que las tarifas fijadas experimenten alguna modificación.

La respuesta de la Unión Europea frente a la llegada masiva al mercado de vehículos eléctricos con un precio muy por debajo del que tienen coches de similares características fabricados en Europa, no ha sido acogida por igual en todos los Estados miembros. Mientras que España y Francia han mostrado su apoyo a esta medida, Alemania y Suecia han expresado su preocupación ante las consecuencias que puede tener una guerra comercial con China.

El sector automotriz chino también enfrenta problemas en Estados Unidos, donde los aranceles para las importaciones de coches eléctricos chinos, baterías, paneles solares y minerales, han subido hasta el 100%.

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