sábado, septiembre 7, 2024
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Dumping, la práctica comercial de la que la UE acusa a China

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El enfrentamiento comercial entre China y la Unión Europea (UE) se ha recrudecido en los últimos meses, tras las investigaciones que las autoridades han llevado a cabo sobre un posible dumping por parte de las empresas chinas en sus exportaciones de productos como vehículos eléctricos y biocombustibles.

Por el momento, Europa aplica aranceles de casi el 40% a los vehículos eléctricos fabricados en China, y en unas semanas presentará sus conclusiones sobre la investigación del biodiésel, de la que también podrían derivarse nuevos aranceles para este producto.

Bruselas ha comprobado que las empresas chinas están incurriendo en una práctica competitiva desleal que se conoce como dumping, y los aranceles son la fórmula elegida para proteger el mercado interior.

¿En qué consiste el dumping?

Este fenómeno se produce cuando una empresa exporta a otro país un producto a un precio inferior al que ese producto se vende de forma ordinaria en ese mercado, o por debajo del coste de producción. Su objetivo es aumentar la cuota de mercado en el país importador y eliminar a los competidores locales para, en el futuro, aprovechar esa posición dominante en el mercado para aumentar los precios.

En el caso de China, se entiende que lo que se está llevando a cabo es un dumping predatorio que busca dos objetivos. Por un lado, hacerse con la posición dominante en el mercado y luego subir los precios y, por otro lado, convertirse en el proveedor estratégico de Europa de bienes tan importantes como los semiconductores, generando una situación de dependencia comercial de la que podría abusar en caso de surgir un conflicto diplomático o armado.

Las acusaciones a China de incurrir en dumping no son nada nuevo. Esta forma de actuar ha sido un foco de tensiones entre el país asiático y otros importantes actores internacionales como Estados Unidos.

En el caso de Europa, el Ejecutivo europeo no adoptó medidas hace unos años, cuando China “inundó” el mercado de paneles solares a bajo precio. Como consecuencia, a día de hoy, quedan muy pocos fabricantes europeos, la mayoría sucumbieron ante la incapacidad de hacer frente a los precios tan bajos que tenían las placas fotovoltaicas llegadas desde China.

Los subsidios gubernamentales como mecanismo de dumping

Hay diferentes formas de hacer dumping, pero en el caso del país asiático la medida más empleada son los subsidios gubernamentales. Un complejo entramado en el que el Gobierno ofrece apoyo económico directo e indirecto a las empresas para que puedan fabricar sus productos a un precio mucho más bajo de lo que costaría la producción si estas asumieran todos los costes reales.

En el caso de los vehículos eléctricos, la UE ha aplicado aranceles para protegerse, después de descubrir que el Gobierno chino estaba dando subvenciones a todas las empresas implicadas en la cadena de suministro: las que extraen las materias primas, las encargadas del transporte, las que fabrican las baterías, las que construyen los coches, etc. Un sistema que consigue que la fabricación de un vehículo eléctrico en China resulte mucho más barata que en Europa, por lo que el producto final puesto a disposición de los consumidores puede ser notablemente más económico.

Con los biocombustibles, el problema puede ser diferente. Los fabricantes europeos destacan que para reciclar materias primas muy contaminadas como las que se emplean para hacer biodiésel, las fábricas deben tener unas características muy concretas, y extraña que China tuviera sus factorías ya preparadas para hacer frente al incremento de la demanda que se está produciendo en los últimos tiempos. Por eso, las autoridades europeas creen que el biocombustible que está llegando desde China podría estar en cierta medida adulterado, no tan procesado como debería estar. Precisamente por ello, se puede ofrecer a un precio por debajo del del mercado europeo.

El impacto del dumping sobre el mercado

Las prácticas comerciales abusivas no son algo exclusivo de China, pero el país asiático se ha convertido en un referente en esta materia, y eso le ha costado disputas comerciales con otros países y también sanciones.

En la actualidad, tanto la UE como Estados Unidos aplican altos aranceles a los vehículos eléctricos chinos. En el caso de los norteamericanos, estos impuestos para la importación son del 102%. Pero también Turquía ha establecido aranceles del 40% para estos productos, y Canadá se lo está pensando.

Conscientes de lo que puede suponer la desindustrialización en sectores estratégicos, los países se están volviendo cada vez más proteccionistas frente a los productos procedentes de China, algo que el Estado afectado considera como injusto.

Lo cierto es que el dumping chino ha contribuido ya a la desindustrialización de varios países, donde las industrias locales son incapaces de competir con los precios tan bajos que tienen los productos procedentes de factorías chinas. Esto ha provocado el cierre de empresas, la pérdida de empleo y el debilitamiento de la base manufacturera en las economías afectadas.

Además, a medida que estas prácticas crecen, se desincentiva la innovación y la inversión en las industrias locales. Porque, para intentar hacer frente al problema de la pérdida de cuota de mercado, los productores locales tienen que ajustar sus recursos y reducen el gasto en investigación y desarrollo, lo que acaba afectando a la capacidad de su negocio para competir a largo plazo.

En el caso de los consumidores, aunque estos se pueden beneficiar en el corto plazo de la posibilidad de adquirir productos a un precio más bajo, a largo plazo las consecuencias acaban siendo negativas. Porque, una vez eliminados los competidores locales, las pocas empresas que dominan el mercado tienen vía libre para subir los precios.

Los sectores más afectados por el dumping chino

Uno de los sectores más afectados por esta práctica empresarial desleal es el de la industria del acero. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea tuvieron que adoptar hace ya algunos años aranceles más elevados para proteger a sus industrias locales.

En el caso de productos electrónicos como los paneles solares y los componentes de telecomunicaciones, China es ya la líder del mercado, lo que ha causado problemas a los fabricantes que están ubicados en otras partes del mundo.

Con la ropa ha ocurrido algo semejante. De hecho, en Francia se está estudiando la posibilidad de imponer un arancel a las prendas de ropa baratas procedentes de China.

A ellos se suman el sector de los productos químicos y el de los materiales de construcción, en los que los productos locales se han visto desplazados por otros procedentes de exportaciones chinas.

Aranceles y acuerdos para frenar el dumping

Aunque la respuesta más habitual frente al dumping es la imposición de aranceles a esos productos que se están vendiendo por debajo del precio de mercado, en el caso de la Unión Europea se ha intentado siempre buscar una solución más amistosa, mediante acuerdos bilaterales y multilaterales.

El último ejemplo está en los aranceles impuestos a los vehículos eléctricos chinos, que ahora mismo son temporales y lo seguirán siendo hasta finales de año. Solo se convertirán en definitivos si la UE y el Gobierno Chino no logran alcanzar un acuerdo que establezca unas reglas comerciales más justas y que eviten las prácticas desleales.

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