Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China son cada vez más tensas. Trump, y después Biden, han estado imponiendo barreras cada vez más duras para los productos procedentes de China, y el último ejemplo son los vehículos eléctricos chinos, gravados con unos aranceles que ya supera el 100% de su precio.
Uno de los puntos calientes en esta guerra comercial son los semiconductores o chips. Algunas empresas estadounidenses han reportado en los últimos años que China podría haber robado su información estratégica sobre desarrollo de productos, lo que ha permitido al país asiático hacer un rápido desarrollo en la tecnología de semiconductores.
A fin de evitar que China adquiera una posición predominante en el mercado de los chips, que se considera como estratégico y podría llegar a serlo todavía más en caso de un conflicto bélico, Estados Unidos lleva varios años adoptando medidas restrictivas para limitar el acceso de esta tecnología al país asiático, y podría estar a punto de anunciar nuevos ajustes.
Los supuestos robos de información de China
Las acusaciones de robo de tecnología que Estados Unidos vierte sobre China se basan en denuncias de algunas de sus empresas más importantes.
Hace algunos años un empleado de Tesla confirmó que había subido a su nube información sobre el sistema Autopilot de la empresa, y se cree que vendió esta información a una startup china.
En el caso de Dupont, una de las empresas químicas más importantes del mundo, tuvo un enfrentamiento con su socio chino porque sospechaba que le estaba robando tecnología, y acabó siendo investigada por las autoridades antimonopolio de China, que accedieron a su red mundial de investigación, imprimieron documentos y confiscaron ordenadores.
Estados Unidos no quiere que la historia se repita y, por eso, busca medidas para intentar limitar todo lo posible el acceso de China a tecnología de semiconductores desarrollada en el país.
Una medida no confirmada
Según Bloomberg, desde la Administración de Joe Biden se ha comunicado a los países aliados de Estados Unidos que se está barajando la posibilidad de aplicar restricciones comerciales más severas de las actuales para la empresas que proporcionen a China tecnología avanzada en materia de semiconductores.
El Gobierno estadounidense se plantea poner en marcha la Foreign Direct Product Rule (FDPR), que es una medida que permite imponer controles y prohibiciones de venta a productos que, a pesar de haber sido fabricados en el extranjero, incluyan alguna cantidad de tecnología estadounidense, aunque sea mínima.
Las empresas estadounidenses ya tienen prohibido vender ciertos equipos clave en China y dar servicio o reparar los que ya estuvieran en el país asiático. Con la puesta en marcha de la FDPR, los aliados tampoco podrían ya dar servicio técnico y reparar los equipos afectados que en su momento se vendieron en China.
De entrar en vigor, esta medida afectaría especialmente a Tokyo Electron y ASML, consideradas como aliadas, que verían restringirse todavía más el número de fabricantes chinos con los que pueden trabajar. Por el momento, ninguna de las dos empresas ha querido hacer declaraciones al respecto.
Las empresas estadounidenses también están afectadas
Aunque la medida es solo un rumor, su filtración ya está teniendo impacto en los mercados.
En el caso de Nvidia, fabricante de tarjetas gráficas, su cotización cayó el pasado miércoles un 6,64%. Apple perdió en la misma jornada un 2,53%, Microsoft un 1,33% y Amazon un 2,64%.
A pesar de las restricciones, China continúa siendo uno de los mercados más importantes para Nvidia. La compañía ha diseñado los chips H20 para sortear las restricciones y poder vender en el país asiático, y tiene previsto lanzar más de un millón de unidades a la venta en los próximos meses.
Estos chips, aptos para el desarrollo de Inteligencia Artificial, tienen un coste promedio de 12.000 a 13.000 dólares, lo que apunta a una facturación de más de 12.000 millones de dólares procedente de las ventas en China. Sin embargo, la compañía sigue alertando sobre el impacto que las restricciones pueden tener en sus ventas y para el conjunto del sector.
La estrategia seguida por Biden con respecto a la guerra de los chips continúa la línea marcada por la Administración Trump. A pesar de ello, los expertos están a la espera de ver qué ocurre en las elecciones de noviembre, porque si Trump gana las elecciones estas medidas restrictivas podrían endurecerse todavía más.