viernes, septiembre 6, 2024
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El precio de las tierras raras podría remontar en los próximos meses

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Las tierras raras se han convertido en una de las materias primas más importantes de los últimos años, por su aplicación en la fabricación de productos tecnológicos como la electrónica de consumo y los vehículos eléctricos.

Entre 2020 y 2022 experimentaron un notable incremento de precio, porque los mercados anticipaban que la demanda iba a ser tan importante que la oferta no iba a poder cubrirla. Sin embargo, la realidad ha sido que la demanda se ha mantenido bastante estable, lo que en los últimos meses ha empujado el precio de esta materia prima a la baja.

China, que es el mayor productor mundial de tierras raras, parece estar dispuesta a dar marcha atrás en su política de ampliación de la producción, lo que podría llevar al mercado a un ajuste y a una subida de precios.

¿Qué son las tierras raras y por qué son tan importantes?

Las tierras raras son un grupo formado por 17 elementos químicos del grupo de los metales, que incluyen 15 lantánidos (del lantano al lutecio), así como el escandio y el itrio, todos ellos con propiedades químicas similares.

Estos elementos poseen unas características únicas que los hacen esenciales para diversas aplicaciones tecnológicas.

Propiedades magnéticas

Tierras raras como el neodimio y el samario forman parte de los imanes más potentes conocidos, lo que los hace cruciales en la fabricación de motores eléctricos, generadores de energía eólica y dispositivos electrónicos.

Propiedades ópticas

El europio y el terbio son esenciales para la producción de los fósforos que se utilizan en las pantallas de televisión y los monitores, porque tienen propiedades luminiscentes.

Conductividad eléctrica

Algunos de los elementos que conforman las tierras raras mejoran las propiedades conductoras de otros materiales, lo que los hace útiles en diferentes aplicaciones electrónicas.

Resistencia a la corrosión

El cerio y otros materiales de este grupo se utilizan en las aleaciones para mejorar su resistencia frente a la corrosión y la oxidación.

Por todo ello, las tierras raras son esenciales en la fabricación de electrónica de consumo como los teléfonos móviles; así como en la fabricación de imanes que se utilizan para producir discos duros y motores eléctricos de alta eficiencia.

También se emplean en la industria aeroespacial y militar, para el desarrollo de sistemas de guía y sensores. Además de para la fabricación de catalizadores automotrices que reducen las emisiones de gases tóxicos y para mejorar la transmisión de datos y la comunicación a través de los láseres y la fibra óptica.

Una materia prima con relevancia económica y estratégica

Las tierras raras están dentro de la guerra comercial que China mantiene con Europa y Estados Unidos. China es el mayor productor mundial (controla el 80% de la producción global), y esta posición le da un poder significativo sobre el suministro.

Dado que estos elementos químicos resultan esenciales para fabricar equipos asociados a la defensa, como sistemas de radar o misiles guiados, para el resto de países es un riesgo tener una dependencia casi absoluta de China para poder acceder a ellos. De hecho, el país asiático ya los ha usado como herramienta de poder geopolítico, como cuando en 2010 restringió sus exportaciones a Japón a consecuencia de una disputa territorial.

Para reducir esta dependencia, los países están buscando diversificar sus fuentes de tierras raras explorando nuevas minas; desarrollando tecnologías de reciclaje cada vez más efectivas y buscando alternativas a estos materiales.

En el caso de la Unión Europea, se están tomando medidas para acelerar la extracción de tierras raras en su territorio, y ya se está tramitando una nueva normativa que sentará las bases para este mercado.

En España se está trabajando en la puesta en marcha de proyectos de extracción de tierras raras en Extremadura, Ciudad Real, Salamanca y Galicia, pero los problemas medioambientales derivados del trabajo en este tipo de minas ponen en duda su viabilidad.

Del boom a la caída de precios

En 2020 el precio de las tierras raras empezó a crecer rápidamente, asociado a la necesidad de rápida transformación digital que requería la pandemia de Covid-19. 

Diferentes informes realizados en aquel momento preveían un aumento espectacular de la demanda de las tierras raras, muy especialmente del neodimio y el praseodimio (que se comercializan normalmente como NdPr), para los que se vaticinaba que el precio se multiplicaría por dos.

Según un informe del banco suizo UBS, la demanda del praseodimio y el neodimio crecería un 300% hasta 2030, impulsada en gran medida por el desarrollo de los vehículos eléctricos y las turbinas eólicas. Sin embargo, el mercado del vehículo eléctrico no ha evolucionado según lo esperado, y hasta los grandes fabricantes están dando marcha atrás ante el desinterés de los consumidores en pasarse a la movilidad eléctrica.

Algo similar ha ocurrido con el cobre y el litio, que experimentaron fuertes subidas de precio en el mismo período de 2020 a 2023 ante la previsión de que su demanda iba a crecer notablemente.

Finalmente, ni las tierras raras ni el cobre ni el litio han incrementado su demanda, más bien esta se ha mantenido estable en los últimos años. Además, en este tiempo se han desarrollado técnicas de aprovechamiento de los materiales que permiten sacarles un mayor partido, haciendo que no sea necesario consumir tanta cantidad como estaba prevista para fabricar productos como los vehículos eléctricos.

Todo esto ha llevado a una caída de los precios. El óxido de praseodimio llegó a perder en 2023 un 34% de su valor de mercado, y tanto el óxido de neodimio como el óxido de terbio alcanzaron el pasado año su precio más bajo desde finales de 2020.

Fenómeno que no solo se debió a la bajada de la demanda, sino al hecho de que China aumentó su producción, lo que produjo un superávit de 6.000 toneladas de óxido de NdPr.

Nuevo repunte de precios

Los expertos creen que hacia final de año la situación podría empezar a cambiar de nuevo. La demanda de óxido de NdPr ha estado aumentando en los últimos meses, y para este año se prevé un déficit de 800 toneladas métricas en todo el mundo.

Por su parte, es previsible que la emisión de cuotas de producción de tierras raras por parte de China (que ha estado en constante incremento en los últimos años), crezca este año a un ritmo más lento, de entre un 10% y un 15%.

Con menos oferta de producto en el mercado y una mayor demanda, el precio de las tierras raras podría empezar a elevarse hacia finales de año, aunque no se prevé que los precios puedan alcanzar los valores registrados hace dos años.

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