El pasado lunes 5 de agosto fue bautizado como “lunes negro” tras el gran desplome que experimentaron las bolsas a nivel mundial. En aquel momento, la explicación que se dio para semejante fenómeno fue el riesgo de que Estados Unidos entrara en recesión.
A lo largo de una semana las cosas no han cambiado demasiado, y los expertos creen que las posibilidades de una recesión en la economía norteamericana son de un 30 %. Menos de una quinta parte de los analistas consultados creen que el riesgo está por encima del 50 %.
¿Por qué hay riesgo de recesión?
El viernes 2 de agosto Estados Unidos hizo públicos sus datos sobre empleo, y estos mostraron una desaceleración del mercado laboral mayor a la esperada, con una tasa de desempleo que alcanzaba el 4,3 %, la más alta registrada en casi tres años.
Además del incremento del paro, durante el mes de julio se crearon en el país 114.000 puestos de trabajo, una cifra que está por debajo de los 175.000 que se esperaban.
El hecho de que la evolución del mercado de trabajo fuera peor de la esperada, reavivó los miedos a una recesión económica. Por eso, el siguiente lunes, las bolsas sufrieron importantes pérdidas.
Por su parte, los funcionarios de la Fed le han restado importancia al enfriamiento del mercado laboral. Afirman que es un signo de desaceleración de la economía, pero no un indicio de recesión.
Para los economistas, el mercado de trabajo estadounidense se muestra sólido aunque algo debilitado, y confían en que se estabilice en el futuro. Solo un 16 % pronostica pérdidas significativas de empleo.
La posible reunión de emergencia de la Fed
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), señaló hace unos días que “bajar los tipos demasiado tarde podría dañar indebidamente a la economía estadounidense”. Sin embargo, la Fed continúa sin bajar los tipos, y esto ha contribuido al enfriamiento económico.
Para los analistas, la Reserva Federal ha retrasado demasiado los recortes en las tassa de interés, y esto está haciendo aumentar el riesgo de entrar en recesión, porque dificulta el acceso a los préstamos.
Tras la caída de la bolsa el pasado lunes, se había especulado con la posibilidad de que la Fed se reuniera de urgencia y anunciara la bajada de tipos que los mercados tanto están esperando, o bien que la rebaja se deje para septiembre, pero que el recorte sea de 50 puntos básicos. Sin embargo, los especialistas creen que no es necesaria una actuación de este tipo.
Una reciente encuesta realizada por Bloomberg sobre este tema, ha puesto de relieve que casi cuatro quintas partes creen que el recorte que se hará en septiembre será de 25 puntos básicos y no de 50. Además, solo el 10 % cree que habrá una reunión extraordinaria antes de la fecha prevista para la siguiente reunión ordinaria (17 y 18 de septiembre).
Firmas como S&P Global Ratings descartan del todo que vaya a producirse una reunión de urgencia. “Nuestra perspectiva base prevé una serie constante y espaciada de recortes de tasas que ayudarán a la Fed a diseñar un aterrizaje suave, donde la demanda se mantenga cerca del potencial mientras el último exceso de inflación se evapora”, ha afirmado Satyman Panday, economista jefe de S&P Global Ratings para Estados Unidos y Canadá.
El papel de las big tech
Los expertos destacan que la evoluación de las grandes tecnológicas también tuvo un papel destacado en el “lunes negro”. Porque los datos que han comunicado en los últimos días han puesto de relieve que han dejado de crecer al ritmo que venían haciéndolo en los últimos meses.
Prueba de ello son el anuncio de Intel de despedir a 15.000 empleados, el retraso que va a sufrir Nvidia en el lanzamiento de su nuevo chip de inteligencia artificial, o el ritmo más lento del crecimiento de beneficios. Por eso, las grandes tecnológicas estuvieron entre las empresas más afectadas tras la caída de las bolsas a nivel mundial.