Las grandes empresas tecnológicas o big tech han sido las protagonistas del mercado en los últimos años. Tras repuntar durante la pandemia y pasar después por procesos de despidos masivos, en 2023 volvieron a resurgir con fuerza gracias a su apuesta en nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA).
Las grandes empresas del sector incrementaron sus beneficios durante 2023 y principios de 2024, pero en los últimos meses sus resultados muestran una desaceleración en el crecimiento de sus ganancias. Los expertos creen que esta tendencia se mantendrá a lo largo de los próximos años, y esto está haciendo que los inversionistas pierdan el interés que tenían en estas compañías. No van a dejar de invertir en ellas, pero se prevé que lo hagan a un ritmo más bajo que hasta ahora.
Se enfrían las perspectivas de crecimiento
Los analistas especializados en el sector tecnológico prevén que el crecimiento anual del beneficio por acción (EPS) de empresas como Microsoft, Meta, Google, Amazon o Nvidia podría disminuir hasta un 77 % para finales de 2026.
Las razones de este fenómeno son básicamente dos. Por un lado, los problemas que ya se están encontrando las compañías tecnológicas para acceder a los microchips y, por otro lado, el escepticismo que existe sobre si el auge de la IA se mantendrá a lo largo del tiempo.
2023 fue el año de la IA, e incluso algunas startups centradas en este campo pudieron acceder a millones de euros de financiación con proyectos muy poco detallados.
Como consecuencia del interés en esta tecnología, las big tech reportaron un crecimiento promedio de su EPS del 57 %. Pero, a lo largo de este año, se aprecia que el boom de la Inteligencia Artificial va decayendo, a medida que esta se convierte en una herramienta tecnológica más. Lo cual está provocando una desaceleración en la obtención de beneficios por parte de las empresas que se habían centrado en ella.
De cara a finales de este año, se estima que las principales big tech alcancen un crecimiento de su EPS del 37 %. Aunque los resultados son positivos, suponen una caída del 35 % con respecto a lo que se consiguió en 2023. Para los especialistas, esta tendencia se va a mantener en los próximos años.
Los resultados no cumplen las expectativas
Las conocidas como “siete magníficas” (Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla) suponen el 75 % de la rentabilidad del índice S&P500, que engloba a las 500 compañías con mayor cotización en Estados Unidos.
Se las considera empresas sólidas y buenas opciones a la hora de invertir, pero se aprecia un cambio en el mercado provocado porque los anuncios de resultados de los últimos meses demuestran que estas empresas no están cumpliendo los objetivos que se habían marcado.
Tesla ha confirmado que retrasa la puesta en marcha de su taxi autónomo y va a recortar márgenes. Por su parte, Google ha sufrido un importante revés en su sistema de publicidad digital y ha excedido el presupuesto previsto para los centros de datos vinculados a la IA.
Ya antes del lunes negro del pasado 5 de agosto, en el que las grandes empresas tecnológicas perdieron millones de dólares, el mercado había dado muestras de albergar serias dudas en torno a la situación actual que estas atraviesan, acumulando grandes pérdidas a finales de julio.
Los especialistas creen que uno de los problemas es que las grandes tecnológicas se volcaron demasiado en la IA y los chips, realizando inversiones y compras desmedidas que han provocado desajustes en sus presupuestos.
Con la incertidumbre que existe ahora mismo en el sector tecnológico, los inversores están cambiando su estrategia y están prestando atención de nuevo a sectores más convencionales que están resurgiendo, como el de la construcción.