El ritmo de la inflación en España se ralentizó en agosto, situándose en un 2,2%, impulsado por la disminución de los precios de los carburantes y los alimentos. Esta cifra representa un descenso de seis décimas en comparación con el mes de julio y marca el nivel más bajo registrado en lo que va de año.
Asimismo, la inflación subyacente, que excluye los alimentos frescos, la energía y el combustible, también mostró un leve retroceso, bajando del 2,8% al 2,7%, el punto más bajo desde enero de 2022. Estos datos, que fueron dados a conocer este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), serán confirmados el próximo 12 de septiembre.
El ministro de Economía y Empresa, Carlos Cuerpo, destacó la relevancia de estos datos, señalando que «estos buenos datos reflejan que son eficaces las de medidas políticas económicas del Gobierno, porque permiten compatibilizar una de las mayores tasas de crecimiento de la zona euro con esta progresiva moderación de los precios y la recuperación del poder adquisitivo de los hogares». Además, subrayó que la cifra de agosto confirma la tendencia hacia el meta del 2% establecido por el Banco Central Europeo.
Con esta caída en agosto, la inflación ha disminuido por tercer mes consecutivo, tras los incrementos observados en marzo, abril y mayo, cuando el Índice de Precios al Consumo (IPC) alcanzó un 3,6%.