2023 y el comienzo de 2024 han estado marcados por los despidos masivos en grandes compañías tecnológicas, fenómeno que ha afectado a miles de empleados de estas empresas a nivel mundial.
Aunque en los últimos meses las reducciones masivas de plantilla parecían haber cesado, Intel ha anunciado que va a despedir al 15 % de sus empleados tras haber acumulado unas pérdidas de 2.091 millones de dólares en el primer semestre del año.
Intel empeora sus números rojos
Durante el primer semestre de 2023 Intel ya estaba en números rojos, y la cifra de pérdidas hecha pública recientemente empeora los resultados del año anterior en un 61 %. Por eso, ha puesto en marcha un plan de reducción de costes que va a implicar el despido de miles de personas.
En el segundo trimestre el negocio de inteligencia artificial y los centros de datos de la empresa obtuvieron unos ingresos de 3.050 millones de dólares, pero no lograron alcanzar las expectativas marcadas, que estaban en 3.140 millones de dólares.
Por otro lado, la facturación cayó un 1 % hasta los 12.833 millones de dólares y se contabilizaron 1.610 millones de dólares en pérdidas.
Pat Gelsinger, ejecutivo de Intel, ha manifestado en un comunicado “nuestros resultados del segundo trimestre han sido decepcionantes, incluso cuando hemos llegado a metas clave de productos y procesos tecnológicos”.
El comunicado destaca que se van a tomar acciones decisivas para enderezar el negocio, como una rebaja integral del gasto que incluye una reducción de la plantilla de más del 15 %, lo que afectará a unos 15.000 empleados. Con esto, la empresa espera recortar sus costes en más de 10.000 millones de dólares en el plazo de un año.
La reducción de plantilla va a afectar a uno de cada siete puestos de trabajo, y variará según el departamento y el rendimiento de cada unidad de negocio. Además, quienes permanezcan en la compañía van a ver reducidos sus programas de beneficios. Es posible que se recorte el valor del programa de compra de acciones para empleados o que se reduzca la duración del año sabático que se venía ofreciendo a quienes llevaban cuatro años en la empresa. Según los analistas, esto puede provocar una fuga de talento desde Intel a empresas de la competencia.
Una gran crisis de reputación
Intel fue durante mucho tiempo el líder en la fabricación de procesadores, y ahora se enfrenta a una crisis de mercado y de reputación que le ha hecho perder una gran parte de su valor. En tan solo seis meses el valor de su acción se ha reducido en un 47 %.
Para los expertos, el origen del problema está en la gestión que llevó a cabo Paul Otellini, CEO de la compañía entre 2005 y 2013. El ejecutivo desvió la atención de la empresa desde la investigación y desarrollo para innovar en tecnología de procesadores a cuestiones secundarias que llevaron a la pérdida de competitividad en el mercado.
Pat Gelsinger fue nombrado CEO en 2021 y, desde entonces, la compañía ha estado trabajando para intentar recuperar su prestigio y volver a la posición de liderazgo que tuvo antaño, pero los daños producidos por la ineficiente gestión de Otellini han provocado efectos profundos y a largo plazo que está resultando muy difícil revocar.
A ello se suma que las últimas familias de procesadores que Intel ha puesto en el mercado han tenido importantes fallos, lo que ha dado lugar a devoluciones masivas y a que la empresa afronte una posible demanda colectiva por parte de varios fabricantes de dispositivos que incorporan sus procesadores y han tenido problemas por ello.