El sector de las manufacturas está inmerso en una crisis desde que tras la pandemia se produjo un notable incremento de los precios de las materias primas. Con productos más caros en el mercado, el consumo interno y externo de los países ha caído, obligando a reducir la actividad en las empresas del sector industrial.
A diferencia de lo que ha ocurrido en otras ocasiones, esta vez el fenómeno se está produciendo a nivel global. Incluso China, definida con frecuencia como “la fábrica del mundo”, está viendo cómo su recuperación económica tras la crisis del Covid-19 es más lenta de lo esperado.
Los datos de la eurozona mejoran ligeramente
Según el índice PMI (Purchasing Manager Index), que mide el nivel de actividad en el sector privado en base a informes y encuestas mensuales realizadas a empresas manufactureras, la actividad industrial repuntó ligeramente el pasado agosto en la zona euro.
La lectura de agosto arroja un resultado de 45,8 puntos y, aunque es una ligera mejoría con respecto a los datos del mes de julio, esta cifra pone de manifiesto que el sector continúa en contracción. Lastrado especialmente por la situación de las manufacturas en Francia y Alemania.
Alemania y Francia son las dos grandes economías de la zona euro y, precisamente por ello, su insuficiente crecimiento ha lastrado el resultado conjunto del sector industrial. Los únicos países que han registrado crecimiento han sido Grecia, España e Irlanda, aunque los ritmos de expansión se han ralentizado en comparación con los de los meses anteriores.
Sin cambios significativos desde mediados de 2022
El PMI se ha mantenido sin grandes cambios en los últimos meses. Desde julio de 2022 no ha logrado mantenerse de forma sostenida por encima de los 50 puntos, cifra que indica que el sector de las manufacturas está en crecimiento.
El informe del Hamburg Commercial Bank (HCOB) en torno a este tema señala que “los fabricantes de la zona euro continuaron bajo presión a mediados del tercer trimestre, ya que la producción industrial siguió disminuyendo en la mayoría de los países cubiertos por el estudio. En general, las entradas de nuevos pedidos cayeron al ritmo más fuerte en lo que va de año hasta la fecha, lo que hizo que continuaran los esfuerzos de recortes de gastos, ya que los fabricantes redujeran la compra de insumos, el empleo y los inventarios. Asimismo, la confianza empresarial cayó hasta su mínima de cinco meses”.
Fueron los pedidos pendientes de entrega los que sostuvieron la producción el pasado mes de agosto. Tanto es así, que los volúmenes de pedidos por completar se redujeron al ritmo más rápido registrado desde febrero. Pero también los volúmenes de compra disminuyeron al ritmo más rápido desde abril, como consecuencia de la reducción y recorte de gastos llevada a cabo por las empresas del sector industrial.
Lo que sí se ha apreciado es una ligera mejora en la fase deflacionista. El pasado mes de agosto, los precios de los productos en venta subieron por primera vez desde abril de 2023. Aunque la subida fue modesta, el Banco Central Europeo (BCE) va a seguir de cerca esta evolución para tenerla en cuenta a la hora de tomar futuras decisiones sobre los ajustes de los tipos de interés.
La actividad industrial se modera en España
En agosto, la actividad en las fábricas españolas se moderó hasta mínimos de los últimos siete meses. El PMI se situó en 50,5 puntos, bajando desde los 51 puntos registrados en julio.
Aumentaron los nuevos pedidos, pero la producción cayó ligeramente y el empleo disminuyó por primera vez en este sector desde enero. Como resultado, la confianza de los líderes del sector ha caído al nivel más bajo registrado en los últimos ocho meses.
“Las tendencias del sector manufacturero español siguen mostrando signos de debilitamiento. Aunque al situarse actualmente en 50,5 puntos, el índice del sector se mantiene ligeramente por encima del nivel de ausencia de cambios de 50 puntos, la trayectoria reciente de los últimos tres meses indica claramente una tendencia hacia el estancamiento” ha señalado Jonas Feldhussen, economista del Hamburg Commercial Bank. Para el experto, esta evolución es consistente con lo que está ocurriendo a nivel global.
La actividad manufacturera China sale del terreno negativo
Tras varios meses de caídas, el PMI del sector manufacturero chino se posicionó en agosto en 50,4 puntos, frente a los 49,8 del mes previo.
Según el informe elaborado por Caixin y S&P Global, los pedidos de exportación se mantuvieron en agosto en niveles moderados, aunque se registró una caída mínima (la primera en lo que va de año). Para los especialistas, este fenómeno puede repetirse a lo largo de los próximos meses, incluso de cara a la campaña de Navidad.
El documento también destaca que las condiciones del sector mejoraron en agosto, al disminuir las presiones sobre los precios y permitir a las empresas beneficiarse de la bajada de los costes de las materias primas.
“La demanda se recuperó al reanudarse el crecimiento de nuevos pedidos, con una mayor demanda de bienes intermedios. Las exportaciones disminuyeron por primera vez en ocho meses, arrastradas, sobre todo, por el debilitamiento de la demanda de productos de consumo, lo que situó el indicador correspondiente en su nivel más bajo desde noviembre”, ha explicado Wang Zhe, economista senior de Caixin Insight Group.
Las previsiones se están cumpliendo
A principios de año, un informe elaborado por Interact Analysis Manufacturing Output Tracker (MIO) destacaba que había pocos indicadores que apuntaran a una recuperación del sector manufacturero a nivel global, y que la desaceleración continuaría siendo la tónica general a lo largo de 2024.
Para los expertos, no hay demasiado margen para el optimismo, porque no hay señales que permitan predecir que el camino de la recuperación ha comenzado, y ello a pesar de que el sentir general en el sector ha mejorado.
El informe no preveía mejoras significativas, pero evidenciaba que la desaceleración registrada a lo largo de 2023 iba a ir remitiendo a lo largo de este año, y que las caídas no iban a ser tan graves como las vistas en los últimos meses. De cara a 2025, el documento destaca que la verdadera recuperación podría darse a mediados de año, con un incremento importante de pedidos hacia finales de año. Hecho que podría coincidir con la vuelta de la inflación a los índices “normales”, tal y como señalan los economistas.