Italia está inmersa en un proceso de privatización por valor de 20.000 millones de euros que va a afectar a aerolíneas, empresas energéticas y también al servicio postal.
Giorgia Meloni, primera ministra italiana, ha confirmado que el Estado va a vender un 14 % de su participación en Poste Italiane, lo que permitirá reducir la deuda pública en 2.500 millones de euros.
El Gobierno quiere mantener el control del servicio postal manteniendo más del 50 % de las participaciones, pero va a dar paso en el accionariado a grandes inversores y pequeños ahorradores.
Aunque todavía no se ha confirmado la fecha de salida a bolsa, se estima que podría a ser entre el 14 y el 21 de octubre.
La entidad tiene beneficios por encima de los 1.500 millones de euros
Poste Italiane emplea a unas 120.000 personas en todo el país y está considerada como una de las empresas más sólidas.
Tiene una capitalización de 16.200 millones de euros y sus acciones cotizan a unos 12,3 euros.
De las acciones que se van a poner a la venta, un 70 % estarán destinadas a inversores institucionales y el 30 % restante a pequeños ahorradores. Además, los propios trabajadores del grupo son titulares de acciones del mismo.
Poste Italiane obtuvo beneficios por encima de los 1.500 millones de euros en 2023, y espera repartir 6.500 millones de euros en dividendos entre sus accionistas entre 2024 y 2028.
El plan de Meloni
El plan de privatizaciones de Meloni está valorado en algo más de 20.000 millones de euros.
La jefa de Estado ha declarado que «para mí, hablar de privatizaciones no consiste en hacerle regalos millonarios a un empresario amigo. Se trata, en cambio, de que el Estado retire su presencia de aquellos ámbitos donde no es necesario, para reforzar su papel allí donde sí hace falta».
Su plan de privatizaciones se va a materializar entre 2025 y 2026.
Además de la venta de parte de Poste Italiane, se va a vender la participación estatal en el banco Monte dei Paschi di Siena, mediante dos operaciones valoradas en 2.600 millones de euros. Tras esta operación, la entidad bancaria volverá a ser totalmente privada.
También se estudia la venta del 5 % de la compañía energética ENI, que es una de las petroleras más grandes del mundo.
Otro de los objetivos es poner en el mercado parte de ENAV, entidad que gestiona y controla el tráfico aéreo; junto con el 49 % de Ferrovie dello State Italiane, la compañía estatal que se encarga del sector ferroviario.
Los países europeos aceleran las privatizaciones
Italia, junto a Alemania y Portugal encabezan el listado de países de la Unión Europea que están llevando a cabo un proceso de privatización de activos hasta ahora controlados por el sector público.
Alemania ha comenzado su desinversión en Commerzbank, a través de la venta de las participaciones que adquirió durante la Gran Recesión. Por el momento, ya se han llevado a cabo varias operaciones que han dejado una parte importante del paquete accionarial en manos de la entidad italiana Unicredit, y próximamente se venderán más acciones, hasta dejar a cero la participación estatal.
Por su parte, Portugal está en trámites para vender la aerolínea TAP. El rescate de esta entidad se llevó a cabo en 2021 y supuso el desembolso de 3.200 millones de euros a través de diferentes ayudas públicas.
TAP saldrá al mercado próximamente y es previsible que sea la alemana Lufthansa la que se haga con un 19,9 % de sus acciones a cambio de unos 200 millones de euros.
El Gobierno se reserva la posibilidad de sacar al mercado más acciones, hasta completar la venta del 75 % del rescate, lo que le permitiría recuperar unos 1.000 millones de euros.
El Gobierno luso se plantea además la salida al mercado de edificios y suelos de dominio público que están vacíos o infrautilizados, con el fin de facilitar el desarrollo de vivienda.