viernes, octubre 18, 2024
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El FMI, a favor de subir los tipos de interés ante los cuellos de botella

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado el «Capítulo 2» sobre las lecciones aprendidas durante la crisis inflacionista.

Una de las principales conclusiones recogidas en este documento es que la subida de los tipos de interés es una de las medidas más efectivas cuando los cuellos de botella en la cadena de suministro se vuelven generalizados y coinciden con una alta demanda.

Una lección para el futuro

Como organización internacional encargada de promover la cooperación monetaria internacional, asegurar la estabilidad financiera, facilitar el comercio internacional, promover un alto nivel de empleo, un crecimiento económico sostenible y reducir la pobreza en el mundo, una de las funciones del FMI es analizar en detalle la situación económica mundial y las perspectivas de la economía.

Los Capítulos que publica este organismo son secciones de informes más grandes, que se enfocan en el análisis de temas económicos muy concretos.

El último Capítulo 2 se ha centrado en las causas y consecuencias de la reciente crisis inflacionista que ha afectado a la economía a nivel mundial. De él se desprenden importantes lecciones tanto para los bancos centrales como para los responsables de la política económica, a la hora de hacer frente a futuros episodios de inflación.

El Capítulo 2 llega a las siguientes conclusiones:

  • Se cometió un error al creer que el aumento de la inflación sería algo transitorio tras la pandemia y que se corregiría por sí solo.
  • La pandemia, seguida de una fuerte recuperación económica impulsada por los estímulos fiscales y monetarios, coincidió con las interrupciones que se estaban dando en ese momento en las cadenas de suministro globales. Como consecuencia, hubo un gran desequilibrio entre la oferta y la demanda, lo que hizo aumentar la inflación.
  • Los bancos centrales deben estar preparados para actuar ante las crisis inflacionarias rápidamente y de manera coordinada. La demora en la subidas de las tasas de interés solo contribuye a prolongar el problema y a generar costes económicos más altos a largo plazo.
  • Estas entidades deben adaptar sus estrategias y herramientas para poder hacer frente a shocks económicos que son cada vez más complejos y cambiantes. Esto implica tener en cuenta no solo la inflación subyacente sino también otros factores como las expectativas de inflación o las condiciones financieras.

El FMI está a favor de una política monetaria más dura

En este documento el FMI endurece su mensaje con respecto a las rebajas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales en un contexto de incertidumbre y turbulencias como el actual. Y lo hace justo cuando el Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado su segunda rebaja mensual consecutiva de los tipos en los últimos 13 años.

El Fondo alerta de que una relajación significativa de las condiciones financieros en un panorama económico como el actual puede implicar un riesgo de subida descontrolada de la inflación a corto plazo.

El informe destaca que, cuando los cuellos de botella y las dificultades afectan únicamente a las cadenas de suministro de determinados sectores, es más apropiado aplicar «medidas quirúrgicas» en las áreas que se están viendo afectadas por una inflación pertinaz.

El documento sostiene que «reaccionar enérgicamente a la flexibilidad de los precios de las materias primas cuando las limitaciones de la oferta solo existen en esos sectores reduce rápidamente la inflación, pero entraña el riesgo de provocar una recesión más grande. Por el contrario, atacar unos precios pegajosos da lugar a una desinflación más gradual y a una evolución del PIB más suave».

En el caso concreto de las materias primas, cuyo precio ha estado en constante incremento en los últimos años, el FMI considera que es más eficaz una acción coordinada como la que supone el ajuste monetario que las medidas que los Estados pueden adoptar a título individual.

Inflación vs. fuerza laboral

Algunos analistas han relacionado la crisis inflacionista con las tasas de paro. De manera que a menos desempleo hay un mayor consumo y se eleva la inflación.

El FMI no ha encontrado pruebas que respalden esta afirmación, salvo quizá en el caso de Estados Unidos.

Según el informe, la tasa de IPC subió por encima de los previsto cuando el desempleo descendió como consecuencia de la reapertura de las economías tras el Covid, aunque en ese momento los salarios no subieron al mismo ritmo que los precios, por lo que no se puede hablar de un incremento generalizado del consumo por el mero hecho de que hubiera más personas trabajando.

Otro dato significativo que recoge el Capítulo 2 es que el proceso de desinflación ha destruido menos empleo de lo esperado. De manera que la inflación se ha ido reduciendo a pesar de que las tasas de empleo son altas.

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