El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza sus previsiones de crecimiento para España, incrementándolas en 0,5 puntos con respecto a su previsión anterior.
En junio, la organización financiera internacional encargada de promover la cooperación monetaria mundial y asegurar la estabilidad financiera ya había revisado al alza la previsión de crecimiento económico de España que había hecho tan solo unos meses antes, y ahora lo ha vuelto a hacer.
Una previsión de crecimiento que supera a la del Gobierno
El Gobierno ha previsto para este año un crecimiento del 2,7 % del Producto Interior Bruto (PIB). Pero con el nuevo reajuste, el FMI cifra ahora el crecimiento de España en este 2024 en un 2,9 % del PIB con respecto al año anterior.
Con el ajuste de junio y el actual, la mejora ha sido de un punto con respecto a lo previsto a principios de año. De esta forma, España se convierte en una de las economías avanzadas que más va a crecer durante este año.
Situándose incluso por encima de Estados Unidos, para el que el FMI prevé un crecimiento del 2,8 %.
Un dato que contrasta fuertemente con lo que ocurre en otros países de Europa. Para Francia el crecimiento esperado es de un 1,1 %, del 0,7 % para Italia y, en el caso de Alemania, todo indica que podría continuar en recesión un año más. En Europa solo Croacia, Chipre y Malta tiene previsiones de crecimiento más elevadas que España.
Con respecto a la eurozona, el Fondo Monetario Internacional ha rebajado las previsiones de crecimiento en una décima para este año y tres para el próximo, situándolas en el 1,2 % y 0,8 %, respectivamente.
En el caso de España, la previsión de crecimiento para 2025 se mantiene estable con respecto a informes anteriores, en un 2,1 %.
En las últimas semanas diferentes organismos e instituciones han actualizado las previsiones de crecimiento económico para este 2024, y todas ellas coinciden en que los datos de España serán mejor que los vaticinados en un primer momento.
La OCDE y el Banco de España coinciden al señalar un crecimiento del 2,8 %, mientras que Funcas eleva la cifra hasta un 3 % del PIB.
Retos en el horizonte para 2025
El informe «Perspectivas Económicas Mundiales», elaborado por el FMI, destaca en su nueva edición que el final de 2024 y 2025 van a estar marcados por nuevos retos y amenazas que acechan a la economía mundial.
Kristalina Georgieva, directora gerente de este organismo, ya destacó en un discurso la semana pasada que en el horizonte económico se perfilan importantes retos derivados de situaciones como los conflictos geopolíticos en Oriente Medio y en Ucrania, el creciente proteccionismo de los Estados hacia sus mercados internos y un posible menor crecimiento de China.
En base a ello, el FMI mantiene su previsión de crecimiento económico mundial para este 2024 en un 3,2 %, tasa que se repetirá en 2025 tras el recorte de una décima en su previsión para el año que viene.
Por lo que respecta a los países emergentes, las perspectivas para este año han empeorado en algunos casos tras la última revisión de los datos. Para China el crecimiento previsto es de un 4,8 %, mientras que para India se cifra en un 7 %.
En Latinoamérica se ha elevado un 0,9 % la previsión de crecimiento de Brasil para este año hasta situarla en el 3 %, mientras que en México se ha rebajado 0,7 puntos hasta situarla en un 1,5 %.
Guyana será en este 2024 el país que más crecerá en el mundo. Gracias al petróleo, su crecimiento se estima en un 43,8 %, pero frenará bruscamente en 2025, situándose en un 14,4 %.
La inflación bajo control
El informe del FMI también destaca que la inflación está a la baja. Se espera que España tenga una inflación interanual del 1,9 % en 2024 y una media anual del 2,8 %.
Para diciembre de 2025 la inflación estaría en un 1,8 %, con una media del 1,9 % frente a un 2 % en la zona euro.
A nivel internacional, los expertos del FMI hablan de un «aterrizaje suave» en la política económica, con un escenario en el que los bancos centrales han dejado de tomar medidas pensando en combatir la inflación y ahora toman decisiones para evitar pérdidas de empleo o una recesión.
Como en ocasiones anteriores, el Fondo Monetario Internacional insta a los Estados a adoptar reformas estructurales. En concreto «ambiciosas reformas internas que impulsen la tecnología y la innovación, mejoren la competencia y la asignación de recursos, fomenten la integración económica y estimulen la inversión privada productiva». A pesar de que muchas de estas reformas generen cierto rechazo en la sociedad.