Desde que los laboristas llegaron de nuevo al gobierno en Reino Unido, se había especulado sobre una posible subida de impuestos. Previsiones que se han convertido en realidad.
Rachel Reeves, ministra de Economía, ha anunciado una importante subida de impuestos con la que el Estado espera recaudar 40.000 millones de libras, el equivalente a unos 48.000 millones de euros.
El Ejecutivo defiende que esta medida es absolutamente necesaria para poder cubrir el déficit presupuestario de 22.000 millones de libras (26.340 millones de euros) que dejaron los conservadores, así como para cumplir algunas de las promesas electorales para las que no había financiación.
Decisiones difíciles
Durante la presentación de los presupuestos para el próximo ejercicio, Reeves ha subrayado que estas cuentas pretenden proteger el poder adquisitivo de los trabajadores y reducir el coste de la vida.
Sin embargo, esto implica tomar «decisiones difíciles en materia fiscal». Por eso, se va a pedir a las empresas y a los más ricos «que paguen la parte que les corresponde».
La mayor parte de la subida de la recaudación va a proceder del incremento de 1,2 puntos porcentuales en la tasa de la Seguridad Social del empleador. Esta aumentará un 15 % a partir del 6 de abril de 2025.
También se va a reducir el umbral a partir del cual los empleadores son responsables de pagar la cotización a la Seguridad Social de sus trabajadores. Pasando de las 9.100 libras actuales a las 5.000.
Otra de las medidas anunciadas es el incremento del 10 % al 18 % del impuesto sobre las ganancias de capital para quienes tienen que abonar la tasa más baja y del 20 % al 24 % para quienes pagan la más alta.
Como novedad, se incluye un impuesto al vapeo que entrará en vigor en octubre de 2026. A través de él se espera aumentar la recaudación y, a la vez, desincentivar el uso de estos productos que son dañinos para la salud.
Lo que se va a mantener estable es el impuesto sobre la gasolina, para no afectar al bolsillo de los consumidores. En cambio, la tasa que tienen que pagar las empresas de hidrocarburos sobre sus beneficios subirá al 38 %.
A través de estos ajustes el Gobierno quiere restablecer la estabilidad económica del país, impulsando la inversión pública en más de 100.000 millones de libras (120.133 millones de euros) durante los próximos cinco años en infraestructuras como hospitales o carreteras.
«Este presupuesto toma las decisiones difíciles sobre impuestos, gasto y bienestar para restablecer la estabilidad económica y fiscal, de modo que el Gobierno pueda invertir en el futuro del país y lograr su misión de crecimiento», ha señado Reeves.
La opinión de los especialistas
Desde Oxford Economics, la entidad de análisis económico de la universidad de Oxford, han señalado que «a pesar de que nadie quiere pagar más impuestos, probablemente sea una medida necesaria para devolver las finanzas a una senda sostenible tras la erosión de los ingresos fiscales por el bajo crecimiento potencial y las presiones al alza sobre el gasto público».
Señalan los expertos que los cambios operados en las reglas fiscales son sensatos, a la vez que destacan que este presupuesto va a reducir ligeramente el grado en el que la política fiscal lastra el crecimiento, pero este continuará siendo un lastre en lugar de un estímulo.
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) no se ha mostrado tan partidaria de la subida de impuestos y ha explicado que son los trabajadores los que van a pagar la subida de los impuestos, porque el hecho de que las empresas tengan que pagar más cotizaciones puede tener un impacto en los salarios y en los niveles de contratación.
Por su parte, el Instituto de Estudios Fiscales (IFS) ha manifestado que «estas subidas llevan a que el tamaño de los impuestos sobre el PIB escale hasta el punto más alto desde el presupuesto de Norman Lamont, en 1993».
Previsiones de crecimiento
Frente al crecimiento del 0,1 % registrado en 2023, se espera que en 2024 el Producto Interior Bruto (PIB) crezca un 1,1 % y lo haga un 2 % en 2025, según las previsiones del Ministerio de Economía de Reino Unido.
Los estudios, realizados en base a los cálculos de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, prevén un crecimiento del 1,8 % para 2025.