Una de las grandes promesas electorales de Donald Trump fue aplicar una fuerte rebaja de impuestos. Propuesta que se ha comprometido a llevar a cabo dentro de los primeros 100 días de su mandato, que arrancará el próximo mes de enero.
Esta medida está generando cierta incertidumbre en los mercados, acostumbrados a la disciplina fiscal aplicada en los últimos años por los demócratas.
Para los expertos, el plan de Trump no está del todo bien diseñado y podría tener consecuencias negativas para la economía.
La nación más endeudada del mundo
En enero de 2024 la deuda pública de Estados Unidos superaba los 35,7 billones de dólares según informó en ese momento el Departamento del Tesoro.
La deuda alcanza el 124 % del PIB del país, lo que convierte a EEUU en la nación más endeudada del mundo, a la par que China.
De ahí que la economía haya sido uno de los temas más importantes durante la pasada campaña electoral.
Según las previsiones del monitor fiscal del Fondo Monetario Internacional (FMI), la deuda de Estados Unidos cerrará 2024 en un 121 % del PIB y seguirá extendiéndose hasta acabar 2029 en un 131,7 %.
Por lo que respecta al déficit, cerró 2023 en un 7,1 % del PIB y la previsión es que crezca hasta el 7,6 % en este año. Después se corregirá levemente hasta llegar al 6 % en 2029.
Nueva oleada de bajada de impuestos
Durante su primer mandato Donald Trump ya aplicó una rebaja de impuestos y ahora pretende aplicar una segunda ola de bajadas de impuestos mediante la extensión permanente de la Ley de Reducción de Impuestos y Empleos de 2017 (TCJA).
Desde el 1 de enero de 2018, el tipo impositivo corporativo en Estados Unidos es de un 21 %, y ahora Trump propone reducirlo al 15 % para estimular el crecimiento económico y la competitividad de las empresas estadounidenses.
La reducción del impuesto corporativo haría el mercado estadounidense más atractivo para los inversiones, porque aumentaría el beneficio neto de las empresas, mejorando con ello su flujo de caja para pagar deuda y bajar los costes financieros. A la par que aumentaría su capacidad de autofinanciación y permitiría dar una mayor remuneración a los accionistas.
La opinión de los expertos
Tax Foundation, una organización sin ánimo de lucro que se dedica al análisis de las políticas fiscales a nivel global, considera que esta decisión de Trump tendrá un coste de tres billones de dólares en un período de diez años.
Desde Tax Foundation consideran que «algunas de las propuestas fiscales de Trump están bien diseñadas y serían formas eficientes de promover el crecimiento económico a largo plazo, como la contabilización permanente de gastos en maquinaria, equipos e investigación y desarrollo», en cambio, «otras propuestas están mal diseñadas y van a empeorar la estructura del código tributario. Solo crearían un impacto moderado en el crecimiento económico a largo plazo, como las exenciones para las propinas y los ingresos de la Seguridad Social».
Center of American Progress cifra el coste del paquete de rebajas fiscales en 4,4 billones de dólares para el período de 2026 a 2035.
Los especialistas del Comité para un Presupuesto Federal Responsable (CRFB), una organización de políticas públicas sin ánimo de lucro, consideran que las rebajas fiscales propuestas por el presidente electo incrementarían la deuda del país en 7,75 billones de dólares.
«Calculamos que el plan del presidente Trump elevaría la deuda al 143 % del PIB en 2035, lo que representaría un aumento del 18 % del PIB», han confirmado desde CRFB.
El panel del Modelo Presupuestario de la Escuela de Negocios Penn Wharton, de la Universidad de Pennsylvania, afirma que el programa económico que propone Trump elevará el déficit fiscal hasta los 5,8 billones de dólares en una década.
Europa se prepara
Otra de las promesas de Donald Trump durante su campaña electoral fue aplicar una nueva subida de aranceles a las importaciones.
Europa, que tiene en Estados Unidos a uno de sus principales socios comerciales, ya está dando pasos para reducir su dependencia y buscar otros mercados que puedan ser más atractivos para las exportaciones de los Estados miembros.
Además, los analistas advierten de un recrudecimiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China que podría tener repercusiones para las economías de terceros países.