El precio del aceite de oliva virgen extra ha comenzado a descender tanto en el mercado de origen como en los estantes de los supermercados. Sin embargo, los consumidores aún no disfrutan de una bajada significativa en los precios, a pesar de que el coste en el campo ha registrado una caída mucho más pronunciada. Según un análisis de FACUA-Consumidores en Acción, el precio medio del litro en origen ha descendido un 13% en el último año, mientras que en los supermercados el descenso es apenas del 2,5%.
Desconexión entre los precios en origen y en los supermercados
Entre noviembre de 2023 y noviembre de 2024, el precio medio del aceite de oliva virgen extra en origen cayó de 7,41 euros a 6,45 euros por litro, una reducción de 0,96 euros. Por su parte, en los supermercados, el precio medio solo bajó de 12,50 euros a 12,18 euros por litro, una diferencia de 0,32 euros. Este descenso, aunque moderado, está lejos de reflejar la evolución de los precios en el campo, lo que ha generado preocupación entre las organizaciones de consumidores.
FACUA ha señalado en varias denuncias ante el Ministerio de Consumo y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) la posibilidad de que las grandes cadenas de distribución estén aumentando de manera injustificada sus márgenes de beneficio. La asociación ha solicitado la apertura de expedientes sancionadores, pero hasta ahora no ha recibido respuesta. Además, Consumo anunció en julio una investigación sobre la evolución de los precios, pero no ha ofrecido avances al respecto.
Un análisis detallado del mercado
FACUA ha realizado un estudio comparativo que incluyó más de 30 productos de marcas reconocidas como Coosur, Carbonell, Dcoop, Oleoestepa, Ybarra, Koipe y Jaencoop, además de las marcas blancas de cadenas como Mercadona, Carrefour y El Corte Inglés. Según este análisis, aunque el precio en origen ha mostrado un descenso constante, los precios en los supermercados parecen responder más a estrategias comerciales que a los costes reales.
Un ejemplo de esta dinámica es la reciente reducción de precios en marcas blancas liderada por Mercadona. El pasado 2 de noviembre, la cadena rebajó el precio del aceite de oliva virgen extra de su marca Hacendado de 8,85 a 8,20 euros. En los días siguientes, otras cadenas como Alcampo, Eroski y Dia imitaron la bajada, igualando sus precios a 8,20 euros. Carrefour optó por una reducción similar, situándose en 8,19 euros, mientras que Hipercor, de momento, mantiene un precio más elevado de 8,85 euros.
Perspectivas para una mayor bajada en los precios
El optimismo en el sector comienza a ganar fuerza con proyecciones de una cosecha que podría superar los 1,3 millones de toneladas, muy por encima de los dos años anteriores. Rafael Sánchez de Puerta, director general del Grupo Dcoop y presidente de la sectorial de aceite de oliva de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, estima que los precios para el consumidor podrían situarse entre 5 y 6 euros por litro entre diciembre de 2024 y enero de 2025. Esta reducción dependerá de que el mercado cuente con suficiente oferta para satisfacer la demanda.
Sin embargo, Sánchez de Puerta advierte que el mercado tiende a ralentizarse en períodos de descenso, ya que los compradores esperan precios aún más bajos antes de adquirir grandes volúmenes. Este bloqueo temporal podría retrasar el impacto real de la cosecha en los lineales de los supermercados.
El impacto de las políticas fiscales
A estas fluctuaciones en el precio se suma el impacto de las variaciones en el IVA del aceite de oliva. En julio de 2024, este impuesto se redujo al 0%, pero en octubre subió al 2% y se espera que se estabilice en un 4% a partir de enero de 2025, al considerarse un producto de primera necesidad. Estos cambios también han influido en los precios finales, aunque no lo suficiente como para aliviar el gasto de los consumidores.
Lucha por la transparencia y la equidad
Mientras las grandes cadenas ajustan lentamente sus precios, organizaciones como FACUA continúan presionando por una mayor transparencia en la formación de precios. Las denuncias se centran en posibles prácticas especulativas y aumentos injustificados de márgenes en un producto básico para las familias españolas.
Aunque las proyecciones son optimistas para los próximos meses, los consumidores siguen esperando que los precios reflejen más fielmente las bajadas en origen y que las autoridades garanticen un mercado más justo y equilibrado. Por ahora, el aceite de oliva sigue siendo un lujo para muchos hogares, a pesar de ser un producto esencial en la dieta mediterránea.