martes, diciembre 3, 2024
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Las pensiones contributivas aumentarán un 2,8% en 2025

Un aumento moderado que beneficiará a más de 9 millones de pensionistas en España, con un incremento promedio de 40 euros mensuales

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El próximo 1 de enero de 2025, los pensionistas en España verán una revalorización de sus prestaciones contributivas cercana al 2,8%, según las estimaciones basadas en el dato adelantado del IPC interanual publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta actualización, aunque algo menor que el incremento del 3,8% aplicado en 2024, consolida un esfuerzo continuado por mantener el poder adquisitivo de los jubilados.

Una fórmula de actualización vinculada al IPC

La subida del 2,8% es fruto del mecanismo de revalorización introducido en la reforma de 2021, que vincula el aumento de las pensiones al promedio interanual del IPC, calculado desde diciembre del año anterior hasta noviembre del ejercicio actual. Aunque el dato definitivo del IPC se conocerá el próximo 13 de diciembre, las variaciones suelen ser mínimas, lo que permite anticipar el porcentaje final con un alto grado de precisión.

La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, destacó la importancia de esta medida en una nota oficial: «La subida de las pensiones no es solo una cuestión económica, sino de justicia social. Queremos garantizar que los pensionistas mantengan su nivel de vida, sin renunciar a necesidades básicas ni afrontar dificultades adicionales.»

Impacto económico: más de 40 euros al mes en promedio

Con esta subida, la pensión media de jubilación, que actualmente asciende a 1.448,77 euros mensuales, aumentará aproximadamente 40,5 euros al mes, alcanzando los 1.489,3 euros. Esto equivale a un incremento anual de 567 euros. Más de 6,5 millones de jubilados se beneficiarán de esta mejora.

Otras prestaciones contributivas también reflejarán aumentos notables:

  • Viudedad: La pensión media pasará de 898,3 euros a 923,5 euros, un incremento mensual de 25 euros, o 350 euros al año.
  • Orfandad: Subirá alrededor de 14 euros mensuales, pasando de 517,4 euros a 531,4 euros, con un aumento anual de 196 euros.
  • Incapacidad permanente: Crecerá en 32,6 euros mensuales, pasando de 1.165,60 euros a cerca de 1.200 euros al mes, lo que representa unos 450 euros más al año.
  • Pensiones en favor de familiares: Aumentarán en 21 euros al mes, alcanzando los 765,9 euros.

En total, estas subidas beneficiarán a los 9,3 millones de pensionistas que perciben más de 10 millones de pensiones contributivas en España.

Estabilidad económica

El incremento del 2,8% para 2025 se sitúa en un nivel moderado, muy por debajo del alza histórica del 8,5% registrada en 2023, cuando la inflación disparada por la guerra en Ucrania afectó de manera directa a los precios en toda Europa. Sin embargo, refleja una recuperación de la estabilidad económica y una inflación controlada en torno al 2,4%, lo que permite garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones.

La ministra Saiz subrayó el compromiso del Gobierno con la viabilidad del sistema: «España cuenta con un sistema de pensiones que es referencia en Europa, y seguiremos trabajando para que sea cada vez más sólido y justo».

Claves de la reforma de 2021 y sostenibilidad futura

El actual modelo de revalorización de las pensiones entró en vigor tras la reforma de 2021, acordada entre el Gobierno y los agentes sociales. Su objetivo principal es proteger el poder adquisitivo de los pensionistas frente a los efectos de la inflación, sustituyendo el sistema anterior que ligaba las subidas al déficit de la Seguridad Social.

Además, el Gobierno ha implementado medidas complementarias para garantizar la sostenibilidad del sistema a largo plazo, incluyendo un aumento gradual de la edad de jubilación, que en 2025 se situará en los 66 años y 8 meses para quienes no alcancen los 38 años y 3 meses de cotización.

Aunque la actualización anual vinculada al IPC ha sido bien recibida por los pensionistas y organizaciones sociales, algunos expertos han señalado que el envejecimiento de la población y las tensiones demográficas siguen representando retos importantes. La sostenibilidad financiera a largo plazo dependerá de mantener un equilibrio entre las aportaciones de los trabajadores activos y las prestaciones de los jubilados.

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