Las previsiones finalmente se han cumplido. En su reunión celebrada esta mañana, el Banco Central Europeo (BCE) ha acordado rebajar los tipos de interés en 25 puntos básicos.
En total, a lo largo de este año se han rebajado 100 puntos básicos, lo que consolida el cambio de ciclo monetario.
El BCE se muestra optimista
Cumpliendo con las expectativas, el BCE empezó a hacer recortes en los tipos de interés el pasado verano, adelantándose incluso a la Reserva Federal estadounidense (Fed).
Desde entonces, la principal autoridad bancaria siempre había hecho un llamamiento a la contención. En sus comunicados de recorte de los tipos se podía leer «mantendremos los tipos de interés oficiales en terreno suficientemente restrictivo durante el tiempo que sea necesario para alcanzar el objetivo».
Como novedad, en el documento que ha publicado hoy tras su reunión, ya no figura esta afirmación. En su lugar, señala que «la política monetaria sigue siendo restrictiva» y que «los efectos gradualmente decrecientes de la política monetaria restrictiva deberían apoyar un repunte de la demanda interna».
A pesar de ello, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, siempre recalca que la batalla contra la inflación no ha finalizado, puesto que todavía no se ha alcanzado el objetivo del 2 % para la inflación subyacente, al que se espera llegar a lo largo de 2025.
Recorte de 25 puntos básicos
Todos los miembros del Consejo de Gobierno del BCE han votado a favor del recorte de 25 puntos básicos que se ha anunciado hace unas horas.
Sin embargo, se ha debatido sobre la posibilidad de acabar el año con un recorte de 50 puntos básicos.
El BCE ha acompañado su decisión con una actualización de sus previsiones de inflación y crecimiento. Como novedad, el organismo ha bajado en dos décimas su previsión de crecimiento y una décima la inflación general, lo que podría abrir la puerta a nuevas e intensas bajadas de los tipos de interés en los próximos meses.
El eurobanco cree que el proceso de desinflación está encaminado y que la inflación subyacente debería seguir moderándose.
Preocupa el crecimiento económico
La posibilidad de rebajar los tipos hasta 50 puntos, que ha estado en la mesa de debate del BCE, se debe a la preocupación que existe en torno al estancamiento del crecimiento económico en la eurozona.
El organismo ha rebajado sus previsiones de crecimiento del PIB en la región hasta un 0,7 % en este 2024, al 1,1 % en 2025, el 1,4 % en 2026 y un 1,3 % en 2027.
El Consejo de Gobierno señala que «el personal espera ahora una recuperación económica más lenta que en las proyecciones de septiembre. Aunque el crecimiento repuntó en el tercer trimestre de este año, los indicadores de las encuestas sugieren que se ha desacelerado en el trimestre actual».
«La recuperación proyectada se basa principalmente en el aumento de los ingresos reales, que debería permitir a los hogares consumir más, y en el aumento de la inversión de las empresas. Con el tiempo, los efectos gradualmente atenuados de la política monetaria restrictiva deberían respaldar una recuperación de la demanda interna», añaden los funcionarios del BCE.
Preocupa especialmente la situación de Francia y Alemania. Dos de los países más fuertes económicamente hablando de la Unión Europea, están sumidos en una crisis que está lastrando los resultados de crecimiento de toda la eurozona.
Los analistas destacan que la economía se está enfriando, como demuestra la caída de los índices PMI, por lo que el BCE no tiene mucha más salida que rebajar los tipos de interés para intentar estimular la economía.
Su próxima reunión será el 30 de enero de 2025, y la expectativa es que vuelva a bajar los tipos de interés.
El BCE espera cumplir el objetivo de inflación en 2025
Aunque las perspectivas económicas han empeorado ligeramente en las últimas semanas, el BCE se mantiene firme en su previsión de que el crecimiento de la inflación se va a seguir ralentizando.
El organismo espera que el objetivo de llegar a una inflación en torno al 2 % se alcance el año que viene.
Sin embargo, algunos expertos no están del todo de acuerdo con las previsiones del BCE y creen que la desinflación está llegando al final de su recorrido. Muestra de ello es que el IPC de servicios oscila en torno al 4 % desde hace meses.