Vox, Junts y PNV han respaldado este jueves una enmienda presentada por el PP al paquete fiscal propuesto por el Gobierno, y han conseguido derogar el impuesto a las energéticas.
El Ejecutivo, por su parte, ha anunciado que intentará mantenerlo vía decreto, aunque será complicado que pueda encontrar los apoyos para tramitarlo en las Cortes.
Un impuesto controvertido
En 2022 se puso en marcha un impuesto de carácter excepcional que recaía sobre el sector energético. Con el objetivo de recaudar fondos para hacer frente a la crisis energética que se vivía en aquel momento y aliviar también la carga económica que el alto coste de la luz y el gas natural suponían para los consumidores.
El impuesto se ha venido aplicando a las grandes compañías eléctricas, gasistas y petroleras y, aunque inicialmente se diseñó como algo temporal, en los últimos meses el Gobierno había hecho patente su intención de convertirlo en algo permanente.
Reforma fiscal sin gravamen a la energía
El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves el proyecto de ley que recoge la reforma fiscal que pretendía llevar a cabo el Ejecutivo.
Se ha aprobado de forma definitiva la creación de un impuesto mínimo para las multinacionales, y se ha convertido en permanente el gravamen a la banca.
Sin embargo, el gravamen al sector de la energía ha quedado fuera a través de una enmienda del Senado que en el Congreso han votado conjuntamente PP, Junts, Vox y PNV.
Para que el gravamen a las energéticas no decaiga, fuentes parlamentarias aseguran que se va a garantizar su pervivencia por decreto. «El real decreto ley que se aprobará el lunes con el gravamen a las energéticas es el resultado de un acuerdo conocido públicamente desde hace semanas», señalan.
La intención del Ejecutivo es llevar el asunto al Consejo de Ministros el próximo lunes, aunque admiten que su convalidación posterior en el Congreso, que requeriría del apoyo de Junts y del PNV, es remota.
Se han aprobado las enmiendas del Senado que abogaban por dejar exentas de IRPF y del impuesto de donaciones las ayudas a los afectados por la DANA, el IVA al 0 % para cambiar de vehículo y arreglar la casa, así como la prórroga hasta 2025 del IBI y el IAE para los afectados.
También se ha aprobado la enmienda propuesta por Junts para rebajar el IVA de los productos lácteos al 4 %.
El nuevo impuesto a la banca
Se ha aprobado la reconfiguración del gravamen a la banca, que pasa ahora de ser una prestación patrimonial a convertirse en un impuesto que será gestionado por las Haciendas Forales y las comunidades autónomos.
Este impuesto va a tener un tipo progresivo en el margen de interés y las comisiones de cada entidad, que será de un 1 % hasta los 750 millones de euros; del 3,5 % hasta los 1.500 millones de euros, del 4,8 % hasta los 3.000 millones de euros, del 6 % hasta los 5.000 millones de euros y del 7 % a partir de 5.000 millones de euros.
La que no ha salido adelante es la enmienda que pretendía destinar lo recaudado a través de este impuesto a ayudas hipotecarias o a construcción de viviendas a precio tasado.
Reforma del Impuesto de Sociedades
El paquete de medidas fiscales aprobado incluye una reducción de este impuesto para las empresas que facturen menos de un millón de euros.
La base imponible comprendida hasta los 500.000 euros tendrá un gravamen del 17 % y el resto de la base un tipo del 20 %. La reducción se va a ir haciendo de manera gradual hasta 2022.
También se contemplan medidas para evitar el impacto recaudatorio que supone la sentencia del Tribunal Constitucional que declaró la nulidad parcial de la reforma del Impuesto de Sociedades llevada a cabo por el ex ministro Cristóbal Montoro.