Casi una semana después de comenzar su mandato, el nuevo presidente de Estados Unidos continúa adoptando medidas que están definiendo lo que será su política durante los próximos cuatro años.
Sobre la mesa tiene su intención de subir los aranceles a las importaciones llegadas a EEUU desde todo el mundo, pero muy especialmente desde China. De hecho, ya se está valorando una nueva subida del arancel del 10 % que podría entrar en vigor el próximo 1 de febrero.
Ante esta situación, China se muestra dispuesta a negociar para «gestionar adecuadamente las diferencias» y evitar el recrudecimiento de la guerra comercial que enfrenta a los dos países desde hace años.
China tiende la mano a EEUU
Ante la incertidumbre de estos días sobre lo que ocurrirá con los aranceles anunciados por Donald Trump, las autoridades chinas han remarcado que siempre han mantenido comunicación con las autoridades estadounidenses más relevantes en materia de economía y comercio.
He Yadong, portavoz del Ministerio de Comercio de China, ha declarado a CNBC «la parte china espera que bajo la guía estratégica de los dos jefes de Estado, ambas partes (…) fortalezcan el diálogo y la comunicación, gestionen adecuadamente las diferencias, amplíen la cooperación mutuamente beneficiosa y promuevan el desarrollo estable y saludable de las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos».
También ha señalado que China está dispuesta a trabajar con EEUU para impulsar las relaciones económicas y comerciales bilaterales, basadas siempre en el «respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación de beneficio mutuo».
En su reciente intervención en el Foro de Davos, Ding Xuexiang, viceprimer ministro chino, se ha manifestado en el mismo sentido. Destacando que el proteccionismo no lleva a ninguna parte porque en una guerra comercial no hay ganadores.
Xuexiang ha defendido ante las autoridades mundiales y los empresarios que el multilateralismo es «el camino correcto para mantener la paz mundial y promover el desarrollo humano».
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, ha coincidido con sus colegas al señalar que están «dispuestos a mantener la comunicación con Estados Unidos, manejar adecuadamente las diferencias, ampliar la cooperación mutuamente beneficiosa y perseguir un desarrollo estable, sólido y sostenible de la relación entre China y Estados Unidos».
Las empresas estadounidenses buscan alternativas a China
Ante las crecientes tensiones comerciales y geopolíticas que existen entre las dos grandes potencias, está aumentando de forma notable el número de empresas estadounidenses que evalúan la posibilidad de trasladar sus operaciones fuera del país asiático.
Según un estudio de la Cámara de Comercio Americana en China (AmCham China), el 30 % de las compañías encuestadas están diversificando ya sus cadenas de suministro o consideran hacerlo. Cifra que duplica el resultado registrado en una encuesta similar realizada en el año 2020.
El Financial Times se ha hecho eco de esta tendencia y destaca que está siendo impulsada por varios factores, pero muy especialmente por las políticas comerciales proteccionistas de Estados Unidos.
Michael Hart, presidente de AmCham China, ha declarado que «no veo ninguna razón para pensar que la inversión bilateral vaya a aumentar en los próximos dos años». También ha expresado su preocupación por el impacto que esta tendencia puede tener en la política de inversión de China.
Las amenazas de Trump
Todavía no ha hecho avances en ello, pero el presidente Trump ha reiterado en más de una ocasión su intención de aplicar un arancel del 60 % a los productos chinos.
Lo que sí parece estar confirmado es que en las próximas semanas se va a imponer un gravamen del 10 % si China no toma medidas para poner freno a las exportaciones de precursores de fentanilo a EEUU.
Trump ha manifestado «estamos hablando de un arancel del 10 % basado en el hecho de que están enviando fentanilo a México y Canadá».
China, Canadá y México están en el listado de países con los que EEUU quiere revisar su relación comercial. En el punto de mira también tiene a la Unión Europea, respecto a la que ha afirmado que «trata muy mal» a los Estados Unidos.
En Europa, autoridades y empresas también están tomando ya medidas para reducir su dependencia comercial con respecto a Estados Unidos, por si la amenaza de subida de los aranceles se acaba materializando.