La guerra comercial que enfrenta a Estados Unidos y China ha dado un nuevo paso con la imposición de nuevos aranceles por parte del país asiático a los productos agrícolas estadounidenses.
El Ministerio de Fianzas de China ha confirmado la entrada en vigor de aranceles del 10 % para la soja, el sorgo, la carne de cerdo y de vacuno, el pescado, la fruta, el marisco, las verduras y los lácteos. Y aranceles del 15 % para el pollo, el trigo, el maíz y el algodón procedentes de EEUU.
Impacto económico en el comercio bilateral
La medida se produce en un momento de crecientes tensiones comerciales entre ambos países. Washington ha impuesto recientemente restricciones adicionales a la exportación de tecnologías clave hacia empresas chinas, una acción que Pekín ha calificado como una «intromisión injustificada» en su desarrollo tecnológico. Además, ha aumentado los aranceles a todo tipo de importaciones llegadas desde China.
Según datos oficiales, las exportaciones agrícolas estadounidenses a China alcanzaron los 28.000 millones de dólares en 2024. Con los nuevos gravámenes, analistas del sector anticipan una caída en la demanda china de estos productos, lo que afectará directamente a los productores agrícolas de Estados Unidos, particularmente en estados como Iowa, Nebraska y Missouri.
«Estamos extremadamente preocupados por las consecuencias que esto puede tener sobre nuestras operaciones», señaló John Peterson, portavoz de la Asociación Nacional de Productores de Maíz. «Ya veníamos enfrentando desafíos con los precios internacionales, y este nuevo capítulo en la guerra comercial complica aún más el panorama.»
La estrategia de China
Trump está poniendo en práctica una política proteccionista que consiste en la aplicación de aranceles a las importaciones que lleguen a EEUU.
Uno de los países más afectados está siendo China, cuya relación comercial con Estados Unidos no atraviesa su mejor momento.
La imposición de nuevos aranceles a productos estadounidenses por parte del gobierno chino es, a juicio de los expertos, una medida dentro de una estrategia más amplia. «China está enviando un mensaje claro: cualquier restricción o sanción impuesta por EEUU será respondida con medidas equivalentes o más severas», explicó Li Wei, analista del Centro de Estudios de Economía Global de Pekín.
Por su parte, desde la Asamblea Popular de China, que acaba de celebrar su sesión legislativa anual, se ha afirmado que los aranceles de Trump «han perturbado la seguridad y la estabilidad en las cadenas industriales y de suministro mundiales».
Queja de China ante la OMC
China ha acusado a EEUU de violar las reglas del comercio internacional. Desde el Ministerio de Comercio de China se confirma que se va a presentar una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
«La imposición unilateral de aranceles por parte de EEUU es una seria violación de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). No solo no ayuda a resolver sus propios problemas, sino que además socava la cooperación y comercio normales entre China y EEUU», dice el comunicado en el que se han anunciado los nuevos aranceles.
Medidas frente a empresas
Las represalias de China frente a los aranceles impuestos por EEUU van más a allá de los nuevos aranceles a las importaciones estadounidenses.
El gobierno chino ha bloqueado a 15 empresas estadounidenses la compra de productos chinos si no cuentan antes con un permiso especial. Entre ellas se encuentra un fabricante de drones que suministra sus productos al ejército estadounidense.
Además, ha confirmado que va a impedir hacer negocios con China a otras 10 empresas norteamericanas. A ello se suma la reciente investigación que la Administración Estatal de Regulación del Mercado ha iniciado sobre Google, al sospechar que viola las leyes antimonopolio.
Oportunidades para China
En medio de la guerra comercial, algunas voces afirman que la nueva política de Estados Unidos puede acabar por beneficiar a China.
La relación diplomática y comercial entre EEUU y la Unión Europea se ha deteriorado en las últimas semanas. En este contexto, el hecho de que China se presente ante la UE como un socio comercial global más estable, podría ayudar a reforzar los lazos entre el país asiático y el bloque europeo.
«La política de Trump de ‘America First’ traerá desafíos y amenazas a casi todos los países del mundo», dice Yun Sun, director del programa de China en el Centro Stimson, un instituto especializado en seguridad internacional con sede en Washington.
«Desde la perspectiva de la competencia estratégica entre Estados Unidos y China, un deterioro del liderazgo y la credibilidad de Estados Unidos beneficiará a China. Es poco probable que resulte positivo para China a nivel bilateral, pero Pekín seguramente tratará de aprovechar las ventajas que le ofrece la situación», ha agregado.