martes, marzo 11, 2025
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Trump no descarta una posible recesión

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Los expertos llevan semanas alertando de que la política proteccionista puesta en marcha por la Administración Trump afectaría de manera directa a la economía estadounidense.

Interrogado sobre este tema en una reciente entrevista en «Fox», el presidente no fue tan tajante como suele ser habitual en él. No negó abiertamente una posible recesión a corto plazo. En su lugar, señaló que el momento actual es de «transición».

Los indicadores económicos más preocupantes

El contexto actual presenta múltiples señales que refuerzan las alertas sobre una posible recesión. La desaceleración en el consumo interno, el enfriamiento del mercado laboral y una inflación que, si bien ha comenzado a moderarse, continúa por encima de los niveles deseados por la Reserva Federal, son algunos de los principales síntomas.

A esto se suman las tensiones geopolíticas globales, los costos de financiamiento más altos tras las sucesivas subidas de tipos de interés, y la caída en los niveles de inversión privada.

La curva de rendimiento invertida de los bonos del Tesoro estadounidense, históricamente uno de los indicadores más certeros de recesiones, sigue vigente, y los expertos lo ven como una señal clara de riesgo.

Los aranceles y su efecto en la economía nacional

Una pieza clave del actual escenario económico tiene que ver con la política comercial del presidente Trump. Su Administración ha impuesto nuevos aranceles a productos importados de varios países, en particular a China, México, Canadá y la Unión Europea.

Estos aranceles, que buscan proteger la industria nacional, han generado un efecto mixto en la economía estadounidense.

Por un lado, sectores manufactureros han recibido con cierto alivio la protección ante la competencia extranjera, pero por otro, los consumidores están enfrentando aumentos en los precios de productos básicos, electrónica, maquinaria y bienes de consumo diario. Los aranceles han encarecido desde componentes tecnológicos hasta alimentos importados, y eso se traduce en un encarecimiento generalizado del costo de vida.

Además, numerosas empresas estadounidenses que dependen de insumos importados han visto incrementados sus costos de producción, lo que se ha traducido en ajustes laborales, reducción de márgenes de beneficio y menor competitividad internacional. Muchas compañías han trasladado estos costos adicionales a los consumidores, mientras otras han comenzado a recortar plantilla o a deslocalizar parte de sus operaciones para mitigar el impacto.

A nivel internacional, los aranceles han reducido la demanda externa de productos estadounidenses. Sectores clave como la agricultura, la automoción y la tecnología han sufrido pérdidas significativas por la caída en exportaciones y por la pérdida de mercados estratégicos. Estados como Iowa, Illinois o Michigan, muy dependientes de estos sectores, ya muestran síntomas de un enfriamiento económico más pronunciado que en otras regiones.

Numerosos expertos señalan que esta política arancelaria, lejos de fortalecer la economía nacional, está contribuyendo a tensar el ciclo económico y a agravar los riesgos de recesión.

La respuesta de los mercados

Los mercados financieros no han tardado en reaccionar a la ambigüedad del mensaje de Trump. El Dow Jones y el Nasdaq registraron ligeras caídas tras sus declaraciones, mientras que los analistas comenzaron a revisar sus proyecciones para el segundo trimestre del año.

La falta de una señal clara por parte del presidente genera volatilidad, especialmente en un momento en el que los inversores ya están en un modo defensivo ante la incertidumbre que se ha ido extendiendo por los mercados en las últimas semanas.

Los analistas señalan que el mercado no solo reacciona a los datos macroeconómicos, sino también al clima político. Y en este caso, la falta de una postura clara por parte de Trump actúa como un factor desestabilizador.

En ningún caso se puede hablar formalmente de recesión con los datos actuales, pero se aprecian señales evidentes de desaceleración.

La última encuesta del Banco de la Reserva Federal de Nueva York destaca que los consumidores son cada vez más pesimistas con respecto a sus finanzas. El informe señala que los consumidores esperan un crecimiento más rápido de los precios de la gasolina, los alimentos, la atención médica y el alquiler de cara a los próximos meses.

«Los hogares expresaron más pesimismo sobre su situación financiera a un año en febrero, mientras que las expectativas de desempleo, morosidad y acceso al crédito se deterioraron notablemente», destaca el comunicado de la Fed de Nueva York.

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