El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, y los gestores de la entidad, decidieron dar los primeros pasos para una «fusión fría» con Caixa Laietana y las cajas de Ávila, Segovia, Rioja e Insular de Canarias, sin informar antes al consejo de administración de la institución financiera. Así lo explicaron fuentes próximas a este órgano de gobierno, que sería el encargado de dar el visto bueno a la creación de un Sistema Institucional de Protección (SIP) que englobe las políticas de riesgos de todas las entidades implicadas. «Es cierto que estas operaciones requieren prudencia, admitió una fuente, pero «los consejeros tienen que estar informados de lo que está pasando».
Por eso lamentaron que «hasta el momento» ni siquiera se haya convocado un consejo en el que se expliquen los grandes rasgos de la operación, sino que tan sólo se ha dado cuenta de la posible «fusión fría» en la comisión ejecutiva de esta semana.
Fuentes de Caja Madrid precisaron que en esa reunión Rato informó «cumplidamente» de las «conversaciones preliminares» para la creación de un SIP y recordaron que dicha comisión está formada por 11 miembros que representan a todo el consejo de administración (en alusión a los distintos sectores).
Además, la entidad admitió que cualquier operación estratégica será aprobada por su consejo de administración, aunque ello no quita para que Caja Madrid cumpla con su obligación de comunicar previamente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores de ciertas informaciones como el inicio de las conversaciones.
Sin embargo, las fuentes próximas al consejo consultadas aseguraron haber ido recibiendo distintas noticias por «otras vías» y coincidieron en que es «muy probable» que alguna caja más se una a las conversaciones para crear un gran SIP, tal y como barajan los medios de comunicación.
De hecho, aseguran que la Caja Círculo de Burgos, a pesar de que este martes haya informado de que mantiene su compromiso de continuar en solitario, es una de las entidades candidatas a sumarse al igual que la Caja de Badajoz.
La idea inicial era que ésta se incorporara desde un primer momento, lo que, según las mismas fuentes, propició un encuentro entre el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y Rato.
Por eso no descartan que estas dos entidades e incluso alguna tercera formen parte del nuevo grupo, que podría estar encabezado por un banco, en el sector apuntan a que «lo lógico» sería que Caja Madrid, siendo la entidad más grande, comandara la operación.
En cuanto a los recursos que podrían demandarse al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), las fuentes coincidieron en que está por concretar aunque dan por válida la horquilla de entre 2.500 y 3.000 millones.
Al mismo tiempo recordaron que para acceder a las ayudas públicas se valora que con la unión de entidades, el grupo resultante tenga al menos una cuarta parte más de activos que la caja principal, aunque recordaron que no es una condición estrictamente necesaria.
A cierre de marzo, la cifra de activos de Caja Madrid superaba los 191.000 millones, que de aumentar un 25% se elevarían a más de 238.900 millones.
Sin embargo, con las conversaciones ahora iniciadas con Caixa Laietana y las cajas de Ávila, Segovia, Rioja e Insular de Canarias, los activos del nuevo grupo rondarían los 227.500 millones.
Por tanto, para tener más puntos a la hora de conseguir la ayuda del FROB haría falta que la unión de cajas sumara 11.400 millones más, que podrían ser aportados por las terceras entidades que decidieran participar en el proyecto.