Los ministros de Finanzas de la UE consideraron este martes que los líderes europeos «deberían mostrar una determinación clara» durante la próxima cumbre del G-20 para poner en marcha una tasa global a la banca, destinada a recuperar el dinero gastado en la crisis financiera e instaurar un fondo para cubrir hipotéticos rescates bancarios en el futuro. La ministra de Economía española, Elena Salgado, que presidió la reunión del Ecofin celebrada este martes en Luxemburgo, se lamentó de que los ministros de Finanzas del G-20 no lograran alcanzar un acuerdo sobre este asunto durante la cumbre que se celebró este fin de semana en Busán (Corea del Sur).
Por este motivo, consideró adecuado que los líderes europeos muestren una «determinación clara a este respecto» en la cumbre de las principales potencias industriales y países en desarrollo (G-20) que se celebrará en Toronto (Canadá) los próximos 26 y 27 de junio.
«En la carta que enviaré al Consejo Europeo, haré referencia a la dificultad de llegar a un acuerdo global sobre este tema (en Busán) y, por tanto, a la necesidad de que, por parte europea, se muestre una determinación clara a este respecto, explicó Salgado.
«Creemos que la decisión sobre la puesta en marcha de una tasa sobre las instituciones financieras debe tomarse de manera coordinada, añadió la ministra española.
Los ministros de Finanzas de la UE trabajaron este martes en la construcción de una posición común con la que acudir a Toronto, a partir de los ‘términos de referencia’ acordados para la reunión de ministros de Finanzas del G-20 de Busán.
Los líderes europeos debatirán estos puntos en el próximo Consejo Europeo, que se celebrará el 17 de junio, a fin de acordar una posición común.
En el G-20, la tasa es apoyada por EEUU y Europa, mientras que la rechazan Canadá, Australia y los países emergentes al considerar que podría ahogar el crédito.
Aunque el gravamen fue muy debatido en los días previos a la reunión, finalmente no fue mencionado en el comunicado final, que se limita a decir que «el sector financiero debe hacer una contribución justa y sustancial dirigida al pago de la carga asociada a las intervenciones de los gobiernos».
El G-20 está integrado por los miembros del G-8 (los países más ricos del mundo: EEUU, Canadá, Reino Unido, Rusia, Italia, Francia, Reino Unido y Alemania), además de por la Unión Europea (UE), Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, la India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía.
«La cumbre de Toronto estará centrada en la recuperación económica tras la crisis económica y financiera, la puesta en marcha de los compromisos adoptados en anteriores reuniones, así como el afianzamiento de los cimientos para un crecimiento sostenible, dicen las conclusiones adoptadas este martes por los ministros de Finanzas de la UE.
Establecido en 1999 tras la crisis financiera vivida en Asia en 1997, el G-20 se limitaba a encuentros de ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales hasta 2008.
Los líderes del G-20 se reunieron por primera vez en Washington en noviembre de 2008, con objeto de dar una respuesta común a la crisis económica global, encuentro al que siguieron las citas de Londres, en abril de 2009, y Pittsburgh, en septiembre del mismo año, cuando el encuentro se convirtió en el mayor foro de cooperación económica internacional.
«A lo largo de las tres reuniones, los líderes han acordado medidas para restaurar la confianza económica y acciones destinadas a reforzar la regulación financiera, reformar las instituciones financieras, promover el comercio y luchar contra el proteccionismo, recuerdan las conclusiones publicadas este martes.