Martinsa Fadesa negocia con sus acreedores una «nueva propuesta de convenio» sobre los términos y plazos en los que abonará los 7.000 millones de euros con que se declaró en concurso, «más ajustada a las actuales circunstancias de la compañía y al contexto económico, según anunció este jueves el presidente de la compañía Fernando Martín. La inmobiliaria pretende que esta nueva propuesta le permita «realizar un proyecto de continuidad de la actividad empresarial, según detalló Martín.
Para ello, el grupo está estudiando con sus principales acreedores los términos económicos y las hipótesis en los que se basó la propuesta anticipada presentada en diciembre del 2008. En ella Martinsa proponía pagar toda su deuda íntegra, sin quita alguna, en un periodo de ocho años (entre este ejercicio y el 2017).
Según detalló, «algunas de las premisas» contenidas en los acuerdos con los acreedores «no se han cumplido» y el escenario es ahora distinto. «El deterioro ha sido más rápido y profundo de lo previsto y ha invalidado las hipótesis con las que se trabajó en 2008, indicó.
El presidente de la inmobiliaria considera que el hecho de que esta propuesta original actualmente sume con una adhesión de más de 60% de los acreedores constituye una «significativa muestra de confianza de los mismas en la viabilidad de la compañía. Hace pensar que aún es posible un proyecto de continuidad de la actividad empresarial mediante la corrección de la propuesta de 2008 para adaptarla a la realidad de los acontecimientos, destacó.
Por ello, Martín llamó a hacer un esfuerzo para lograr un «acuerdo satisfactorio» que «se pueda cumplir» y que «satisfaga a los acreedores» de la empresa, que mantiene no obstante la previsión de superar el concurso a finales de año o a comienzos del 2011.
Durante su intervención ante la junta de accionistas de Martinsa, su presidente destacó que la empresa entró en mayo en beneficios por primera vez en dos años, desde que en julio del 2008 protagonizó el mayor concurso de la historia empresarial española.
Martín señaló que el «atisbo de recuperación» experimentado por la compañía en el 2009, «se confirma en los primeros meses de 2010, al reducirse un 90% las pérdidas en el primer trimestre, en relación al mismo periodo del año pasado. De hecho, afirmó que a 30 de mayo la inmobiliaria «ha entrado en beneficios» por primera vez desde que se declaró en situación de insolvencia.
También el beneficio bruto de explotación, dijo, «presenta cifras mejoradas respecto al año anterior» con un porcentaje de mejora del 57%, mientras que los ingresos cayeron en el primer trimestre un 55%, hasta los 95 millones.
El presidente subrayó el «impulso» dado a la entrega de viviendas en los primeros meses, cuando se formalizaron 680 escrituras, el 85% con clientes y otro 15% con la banca. De esta forma, desde que entró en concurso la compañía ha entregado alrededor de 5.000 viviendas y ha reinició unas 2.500 unidades.
Martín afirmó que Martinsa proseguirá con su transformación y consideró, aunque «con todas las cautelas, que los resultados del primer trimestre, junto con la mejora interna «permiten anticipar que los números a final de 2010 mostrarán signos de mejoría respecto a 2009».
En cualquier caso, llamó la atención acerca de las «grandes dificultades» que la compañía tiene por delante, pero manifestó su confianza en que la sociedad española sabrá «remontar la crisis». Por su parte, Martinsa «se ha autoimpuesto una auténtica economía de guerra, dijo y analizó que los cambios en el mercado inmobiliario suponen «una auténtica revolución».
Al final de su discurso, Martín lanzó «un mensaje de esperanza» y manifestó su convencimiento de que empresarios y trabajadores lograrán superar la crisis. «Martinsa Fadesa es este jueves un proyecto vivo, perdurable y solvente, si nos dejan» agregó e insistió en que «solo los que tengan mayor capacidad de adaptación serán capaces de sobrevivir a la crisis».
La junta general de accionistas, en la que estuvo representado el 61,48% del accionariado, aprobó las cuentas y gestión del 2009 y las autorizaciones al consejo de administración, en una sesión que se cerró sin preguntas ni intervenciones de ninguno de los accionistas presentes. Asimismo, se mantienen tanto consejeros como auditores un año más.