El ratio de solvencia de las entidades de crédito que operan en España mejoró de nuevo en el 2009 y se situó en el 12,2%, 0,9 puntos porcentuales más que el 11,3% del 2008, según la Memoria de Supervisión Bancaria correspondiente al año pasado, publicada hoy por el Banco de España. Según estos datos, este incremento fue la consecuencia de la evolución de los recursos propios computables, que registraron un superávit de 88 millones de euros, ya que los requerimientos de estos recursos se elevaron muy poco, apenas el 0,5%.
En particular, los recursos propios de mayor calidad, capital y reservas, fueron los que más se elevaron, con lo que el ratio de solvencia básica mejoró hasta el 9,7%.
Los recursos propios básicos se elevaron hasta el 15,6%, destinados en gran parte a engordar las reservas de estas entidades, lo que, explica el informe, contrarrestó el descenso registrado por los recursos propios de segunda categoría.
En relación con estos últimos, el Banco de España destaca que su reducción se centró, principalmente, en las provisiones computables, en consonancia con el «lógico aumento de los saneamientos» crediticios que se están realizando a causa de la crisis económica que atraviesa España, que está condicionando el negocio de las entidades de crédito.
Según los datos contenidos en la Memoria, a cierre del pasado diciembre había 353 entidades de crédito en España, ocho menos que un año antes, debido fundamentalmente a la reducción de establecimientos financieros de crédito (EFC).
Las entidades consolidaron durante el pasado año la tendencia apuntada en la segunda mitad del 2008 y redujeron un 3,5% el número de oficinas operativas, que quedaron en 44.532. De ellas, la banca nacional cerró 736 oficinas (-4,7%) y las cajas de ahorro, 783 (-3,1%).
Asimismo, el personal de las entidades de crédito también se redujo un 3,1%, con un total de 269.168 empleados, y lo mismo ocurrió con la red de cajeros, que disminuyó en 1.294 (-2,1%), y el volumen de tarjetas de crédito y débito en circulación, que bajó hasta los 96,3 millones (una media de 2,5 por cada habitante mayor de 16 años).
En cambio, siguió aumentando el número de terminales de punto de venta, que alcanzaron los 1,44 millones (+2%).
Según explica el Banco de España, su actividad supervisora, cuyo objetivo es determinar y mantener actualizado el perfil de riesgo de cada entidad, tomando medidas correctoras si es necesario, estuvo influida de nuevo en el 2009 por la crisis financiera iniciada en el 2007.
En total, la entidad realizó 372 actuaciones, 153 de las cuales se realizaron in situ, y estuvieron orientadas principalmente a asegurar un seguimiento estrecho de la inversión crediticia, en especial de los riesgos inmobiliarios, así como de la liquidez y de la capacidad de actuación de las entidades en situaciones de estrés.