El presidente del grupo Santander, Emilio Botín, destacó este miércoles que el ajuste presupuestario y la reforma de las pensiones y del mercado de trabajo, junto a la reestructuración del sistema financiero, constituyen «la batería de reformas necesarias» para recuperar la confianza en la economía española.
En su intervención en la III Conferencia Internacional de Banca, en la Ciudad Financiera del Santander en Boadilla del Monte (Madrid), Botín valoró que en algunos de estos ámbitos «ya se han dado pasos importantes».
«Hoy tanto la economía como el sector financiero están en una posición más sólida que hace dos años (cuando se produjo la quiebra de Lehman Brothers), si bien «nos quedan importantes retos pendientes».
El presidente del mayor banco de España incidió en que «estamos en una época en la que necesitamos más que nunca hacer realidad las buenas ideas para crecer y crear empleo» y subrayó que el sector financiero, «que está en una posición más sólida que hace dos años, debe ayudar en este reto a la sociedad «y hacerlo de manera mucho más eficiente y segura que en el pasado».
Tras recordar que la quiebra de Lehman fue «el desencadenante de la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión» y que «grandes entidades tuvieron que ser rescatadas por el sector público, consideró que «sólo ahora empezamos a recuperarnos» de «la recesión más profunda de las últimas décadas».
Gracias a «una actuación decidida y coordinada de gobiernos y autoridades monetarias» se hizo frente a la crisis y «se evitó el desastre, lo que permite que actualmente se tenga «una economía en recuperación, una banca más solvente incluso que antes de la crisis, y un marco regulatorio y supervisor en proceso de ser reforzado».
En su opinión «ahora el reto es consolidar un crecimiento sostenido, apoyado en un sistema financiero sólido, solvente y eficiente».
En esta «fase de recuperación» de la economía internacional, destacan las economías emergentes, entre las que puso como ejemplo Brasil y México, mientras que se está produciendo «una salida algo más lenta» de las economías avanzadas.
Así, los gobiernos de los países más desarrollados «están sentando las bases» para asegurar la recuperación, mediante la puesta en marcha de reformas estructurales, que, aunque «normalmente no tienen un impacto económico inmediato, son «necesarias» para garantizar el crecimiento futuro y que aumentar la confianza en la capacidad de crecimiento de las economías.
Botín hizo hincapié en que los principales países desarrollados «están implementando reformas de fuerte calado en ámbitos tan importantes como las pensiones y el mercado laboral, que junto a los ajustes fiscales permitan sanear las cuentas públicas.
«Con ello se estimula y favorece un mayor crecimiento a la vez que se podrá hacer frente a los retos que demandan las sociedades del futuro, a la vez que agregó que «ante la progresiva retirada de los estímulos públicos como motor de crecimiento es necesario y positivo un mayor liderazgo del sector privado» en esta recuperación.
El sector bancario -añadió- tiene que jugar de nuevo un papel clave en este proceso y, ya que el sistema internacional «es más solvente y más transparente que antes de la crisis» y que se han corregido las deficiencias que se pusieron de manifiesto en la crisis, lo que «no es admisible» es que el contribuyente «tenga que asumir, aunque sea temporalmente, los costes de una mala gestión».
La banca comercial con su actividad de tomar depósitos y conceder créditos «desempeña el papel clave del sector financiero como motor del crecimiento económico» y «esta labor ha de ser reconocida y puesta en valor de cara a la fase de recuperación en la que nos encontramos».