Toyota, el mayor fabricante mundial de automóviles, anunció este lunes que la producción de sus plantas en Japón seguirá paralizada al menos hasta el próximo miércoles, tras el seísmo de 9 grados Richter que el viernes sacudió el país. La paralización afecta a las doce fábricas de Toyota en Japón y reducirá en 40.000 unidades su producción prevista para marzo.
Toyota produjo el pasado enero 234.045 coches en el país asiático, donde fabrica el 38 por ciento de sus vehículos. Las acciones de la empresa se desplomaron un 7,7% hasta los 3.320 yenes por título en las primeras horas de cotización en la bolsa de Tokio, cuyo índice Nikkei caía más de un 6,1% a media mañana.
Este lunes tampoco abrieron sus puertas las plantas de Honda, Nissan, Mitsubishi y Suzuki, lo otros grandes grupos de este sector industrial, esencial para la economía nipona. Varias de estas empresas aseguraron que era muy difícil seguir operando sin recibir las piezas necesarias.
Además del desastre humano, el terremoto del viernes causó cuantiosos daños materiales y afectó a varias centrales nucleares del noreste del país. El Gobierno hizo un llamamiento a conservar la energía y autorizó cortes eléctricos rotatorios de entre tres y seis horas a partir de hoy ante el temor a una falta de suministro eléctrico.
También se está racionando la gasolina en la costa oriental, donde siguen paradas las refinerías de crudo cerca de la zona afectada por el seísmo y el posterior tsunami. El país sigue conmocionado por el temblor, que el primer ministro, Naoto Kan, definió como la mayor crisis en Japón desde la II Guerra Mundial.