La aerolínea de bajo coste Ryanair admitió este miércoles que existen fallos en la atención al cliente en sus servicios y reconoció que la comunicación con los viajeros es en ocasiones «mala», según declaraciones de su presidente, Michael O’Leary, en una entrevista concedida al diario ‘Financial Times Deutchland’.
O’Leary detalló que en general la aerolínea tiene pocas averías e incidencias técnicas, pero que cuando éstos existen, la comunicación con el cliente es «mala», por lo cual apuesta por realizar una inversión que corrija estas deficiencias.
Una solución a estos problemas de comunicación sería, por ejemplo, el envío de sms al viajero en caso de retrasos o cambios de horario, ya que el canal ‘online’ se presenta insuficiente.
«Nuestro sitio web es siempre muy eficiente, pero si dos tercios de los huéspedes que viajan no tiene acceso a Internet, no aporta nada ni a nosotros ni a ellos», destacó el ejecutivo, quien adelantó un probable cambio en el servicio para el verano de 2012.
El responsable es consciente de que el crecimiento de las líneas ‘low cost’ ya ha tocado sus picos más altos, por lo que ahora toca cambiar de estrategia para contentar a los accionistas con medidas destinadas a mejorar la fiabilidad de la aerolínea, que transporta cerca de 74 millones de pasajeros al año, lo que la sitúa en segunda posición, detrás de Lufthansa.
Con respecto a los resultados del ejercicio fiscal finalizado en marzo de 2010, que serán presentados el próximo lunes, O’Leary destacó que no habrá «grandes sorpresas».
A finales de enero, la aerolínea auguró un beneficio neto para el ejercicio completo situado en un rango entre 300 y 400 millones de euros.