Microsoft perdió este viernes en el Tribunal Supremo de EEUU la batalla contra una pequeña compañía canadiense que le acusaba de haber violado una patente, en un caso que le costará 290 millones de dólares y podría salpicar a otros gigantes tecnológicos. Los magistrados de la máxima corte estadounidense respaldaron en un voto unánime a la empresa i4i, que acusaba a Microsoft de haber utilizado en su software Word una herramienta de edición de XML cuya patente le pertenece.
La sentencia impone sobre la compañía creada por Bill Gates la mayor multa económica establecida jamás en un caso de violación de patentes, y cierra un largo proceso abierto en 2007 por i4i. Microsoft, respaldada por otros pesos pesados de la informática como Apple y Google, recurrió en el Supremo los veredictos dictados en su contra en varios tribunales, con el argumento de que la patente era suya y de que, en cualquier caso, ha eliminado la herramienta que la contiene en las últimas versiones de Word.
Pero el mayor objetivo del gigante tecnológico era el de facilitar a las compañías que se enfrenten a litigios similares la posibilidad de probar que la patente de su demandante es inválida. Según su argumento, el estándar legal actual para demostrar la invalidez de una patente es demasiado exigente, y esto hace que la balanza se acabe inclinando a favor de los demandantes.
Las pruebas de Microsoft
Microsoft basaba su postura en supuestas pruebas que, según asegura, la Oficina de Patentes estadounidense no tuvo en cuenta cuando decidió conceder la licencia a la compañía canadiense. En la audiencia, la juez Sonia Sotomayor consideró que el estándar actual es «claro y convincente» y debía emplearse para el veredicto en lugar de una «preponderancia de las pruebas», como esperaba Microsoft.
Pese a que el lenguaje empleado en la sentencia es muy técnico, la interpretación de su orden puede desatar disputas por derechos de propiedad y patentes de miles de millones de dólares, según expertos legales citados por la web especializada Computerworld.
Además de Google y Apple, apoyaban a Microsoft en su apelación otras compañías tecnológicas como Intel y Verizon, fabricantes de automóviles como General Motors y Toyota, farmacéuticas que elaboran productos genéricos y empresas de servicios financieros, además de la cadena de distribución Wal-Mart.
Redacción