El Consejo de Administración de Repsol ha acordado instar a Sacyr y Pemex a dejar sin efecto el pacto que suscribieron para unir sus participaciones en la petrolera española, a la vez que ha expresado su respaldo a la gestión del presidente de Repsol, Antonio Brufau.
Según ha remitido la petrolera a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Consejo ha manifestado también al presidente de Repsol, Antonio Brufau, y a la alta dirección «la total confianza» en la gestión que se viene llevando a cabo y ha ratificado todas las actuaciones realizadas ante el acuerdo entre Pemex y Sacyr.
Ambas compañías, por su parte, han anunciado poco después del término de la reunión que impugnarán algunas de las decisiones alcanzadas en el Consejo, en el que, según su versión, se ha pretendido «quitarles sus derechos» y se les ha negado la información más elemental por un «inexistente conflicto de intereses».
En un comunicado conjunto, Sacyr y Pemex aseguran que se reservan todas las acciones legales procedentes y que han votado a favor de las medidas que buscan la mejora del gobierno corporativo.
Según fuentes conocedoras de la reunión, las decisiones se han aprobado con el apoyo de todos los consejeros a excepción de los tres representantes de Sacyr y el de Pemex. Uno de los representantes de Sacyr, Juan Abelló, ha mostrado su rechazo y se ha ausentado antes del fin de la reunión.
El Consejo ha subrayado la importancia de preservar la independencia de Repsol y el desarrollo de su estrategia en «interés de todos los accionistas». Asimismo, ha pedido a los servicios jurídicos de la compañía que adopten cuantas medidas y acciones sean necesarias en defensa del interés social.
El máximo órgano de la petrolera ha acordado también una serie de medidas para blindarse ante lo que considera un conflicto de intereses.
En primer lugar, modificar el reglamento del Consejo «con carácter de urgencia» para reforzarse ante dos situaciones de conflictos de interés: la designación de un competidor como consejero y la aprobación de operaciones vinculadas.
Junto a esto, estudiar una reforma del gobierno corporativo para reforzar las medidas de protección de su interés social en casos de conflictos de interés.
Además, encomendar a la comisión de Nombramientos y Retribuciones unanálisis jurídico la situación de competencia y posible conflicto de interés permanente que pudiera derivarse del pacto Sacyr-Pemex.
Y por último, encargar a los consejeros independientes un análisis de los «riesgos, daños y perjuicios» que pueda ocasionar a la petrolera el acuerdo.
Sacyr, con el 20,01 % de Repsol, y Pemex, 9,41 %, anunciaron a finales del pasado mes de agosto la sindicación de los derechos de voto de sus participaciones con el objetivo de incrementar su peso en la gestión de la petrolera española.