Una veintena de trabajadores de las empresas de Nueva Rumasa han intentado agredir a tres hijos de José María Ruiz-Mateos a las puertas de la Audiencia Nacional, donde habían declarado como imputados por presuntos delitos de estafa, insolvencia punible y administración desleal.
En concreto, dos de ellos tuvieron que ser reducidos por los agentes de la Policía Nacional que escoltaban a Alfonso, Francisco Javier y Pablo Ruiz-Mateos a su salida de la sede judicial, tras intentar saltarse las vallas de seguridad que dividen la acera de la calle Génova.
Tras las incidencias, Francisco Javier Ruiz-Mateos mostró su «comprensión» con los trabajadores de Nueva Rumasa y añadió que «más de lo que se hace, no se puede hacer» en declaraciones a la prensa. Los tres hijos de Ruiz-Mateos abandonaron los juzgados en un coche de alta gama.
Por su parte, los trabajadores les despidieron con gritos de «ladrones», «sinvergüenzas» y «a la cárcel», y se dirigieron a los agentes diciendo «por qué les protegéis a ellos». Los empleados de las empresas de Nueva Rumasa llevan desde primera hora de la mañana apostados a las puertas de la Audiencia Nacional bajo una pancarta que reza «Los trabajadores de Clesa y Royne no olvidamos».
Por su parte, Alfonso, Francisco Javier y Pablo Ruiz-Mateos declararon, por este orden, desde las 10.30 horas de la mañana ante el juez Pablo Ruz, quien les investiga junto a su padre, su madre, otros dos hermanos y un primo de estafar a los inversores en pagarés del grupo Nueva Rumasa.
Zoilo Ruiz-Mateos, quien declaró ayer ante el juez, reconoció por primera vez desde que el grupo se declaró en quiebra el pasado mes de febrero, que existen cerca de 2.500 inversores que depositaron unos 200 millones de euros. La Fiscalía Anticorrupción tiene identificados a 1.017 inversores que depositaron 90,4 millones de euros.