El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha asegurado que los grandes bancos españoles no necesitarán recurrir a la ayuda pública para cumplir con su parte de la recapitalización de la banca europea pactada este miércoles por los Veintisiete.
Los líderes europeos han acordado un plan para combatir la crisis de deuda en la zona euro que incluye la recapitalización de la banca con 106.000 millones de euros, de los que una cuarta parte (26.000 millones) corresponden a BBVA, el Santander, CaixaBank, Bankia y el Popular.
En rueda de prensa al término de la cumbre, Zapatero ha subrayado que se trata de un plan de recapitalización «extraordinario y temporal» y que, en el caso de España, su volumen es más elevado que el de otros países porque dos de los cinco bancos más importantes de la eurozona son españoles.
También ha reducido la factura de las cinco entidades afectadas a 17.000 millones de euros porque sobre la cifra de 26.000 millones habría que descontar los bonos convertibles, que en el caso de los cinco bancos superan los 9.000 millones de euros. Zapatero ha señalado que para el Gobierno era «importante» que computara la deuda convertible hasta junio de 2012 y eso ha sido «convenientemente aceptado».
Zapatero no ha revelado de qué manera harán frente al proceso las entidades españolas implicadas en el proceso de recapitalización porque, ha dicho, les corresponde a ellas aclararlo en los próximos días. Sin embargo, sí ha querido dejar claro que en opinión del Gobierno «no tendrán necesidad de acudir a la ayuda pública» para cumplir las necesidades de recapitalización.
«Estamos hablando de las cinco grandes (entidades bancarias en España) y tienen sin duda capacidad para afrontar los 17.000 millones de euros que les permitirá llegar a ese 9 por ciento», ha resumido el presidente.
Tipos más razonables
Por otra parte, Zapatero ha asegurado que para España el acuerdo alcanzado para reforzar el fondo de rescate europeo mediante el apalancamiento de fondos hasta alcanzar el billón de euros constituye «una solución satisfactoria» que servirá de «cortafuegos» y «muro de contención». Se trata, ha dicho, de un mecanismo «ágil, más flexible y por lo tanto más eficaz» para «defender la estabilidad de las deudas soberanas» de los países con «problemas» del euro, insistiendo en que el refuerzo del fondo era «imprescindible para la credibilidad de la eurozona».
Además, ha apuntado que «España está emitiendo su deuda con toda normalidad», pese a ciertos «vaivenes en los tipos de interés que van en función de nuestra prima de riesgo», y ha confiado en que el acuerdo sobre el fondo de rescate «fortalezca la confianza» y permita al Gobierno «emitir incluso a tipos más razonables» en el futuro. «Eso contribuye lógicamente a comprometer menos recursos públicos para el pago de nuestra deuda de hoy y sobre todo del futuro», ha precisado.
El presidente del Gobierno ha dejado claro que «España tiene y mantiene, como hemos reiterado una y otra vez, las condiciones para seguir cumpliendo sus emisiones de deuda, sus necesidades de financiación».
A pesar de cerrar filas en torno a la solvencia de la deuda española, Zapatero ha reconocido que resulta «imprescindible» que el Gobierno siga «comprometiendo la reducción del déficit, para este año, por supuesto, pero también para los próximos ejercicios presupuestarios siguientes». «Porque esa es la garantía que a medio plazo tenemos como país de no vernos afectados por las tensiones o vernos afectados lo menos posible si se vuelve a producir una mala situación en la eurozona», ha concluido.
Zapatero ha explicado que los líderes europeos han reconocido «los avances» de España «tanto en la reducción del déficit público, como en el proceso de reformas modernizadoras de la economía española», aunque también «puesto el acento» en «el principal problema» del país, relativo al mercado laboral y «la tasa tan elevada de paro», en una referencia expresa en las conclusiones adoptadas.