La petrolera estrenaba sede en Madrid y lo hacía con la presentación del Plan Estratégico 2012-2016. Es decir, la hoja de ruta que marcará los pasos de la empresa durante los próximos cuatro años. En este período, Repsol invertirá 19.100 millones de euros. «Vamos a convertir a Repsol en una gran petrolera», señala Antonio Brufau, presidente de la compañía. Para ello, el usptream se convertirá en el «motor de crecimiento» de la empresa.
Este área, el de upstream, requerirá unas inversiones anuales de 2.900 millones de euros. Esto es, el 80% del total de las inversiones previstas por el grupo en el Plan Estratégico. De 2012 a 2016, la producción de Repsol crecerá, de media, más del 7%. Llegando a producir, en 2016, los 500.000 barriles diarios. El crecimiento de upstream es «muy sólido» y tiene «nombres y apellidos», señalaba Brufau. Nombres y apellidos que cristalizan en diez proyectos: Brasil, Estados Unidos, Rusia, España, Venezuela, Perú, Bolivia y Argelia.
El Plan, sin tener en cuenta a YPF (filial expropiada por el Gobierno argentino), un crecimiento neto del grupo de 1,8 veces. Con todo, se estima que en estos cuatro años la caja que genere la compañía oscile entre los 8.100 y los 8.600 millones de euros para dividendos. Precisamente, los dividendos han sido protagonistas en el turno de preguntas de los periodistas. Según Burfau, el compromiso es revisar los números cada años. Hasta ahora, esa revisión era del 10%, pero ahora, con la crisis, «no es posible». Si bien, aunque el presidente de Repsol ha querido dejar claro que en «ningún caso» harán una política financiera que perjudique a los accionistas, tampoco habrá una política de dividendos «que sacrifique» el crecimiento o el ‘rating’ de la petrolera.
El grupo ingresará hasta 4.500 millones de euros con desinversiones y con la venta de su 5% en autocartera. Para las desinversiones, que rondarán los 2.000 millones de dólares.