La Comisión Europea no ha recibido ninguna petición formal del Gobierno para activar con urgencia un primer pago del rescate acordado con la UE para el sistema bancario, que estaría destinado a Bankia, y ha advertido de que para realizar una inyección urgente es necesario primero una solicitud «justificada y cuantificada» de España.
«La Comisión puede confirmar muy claramente que no ha recibido a día de hoy una petición de las autoridades españolas para activar la ayuda de urgencia a favor de los bancos españoles, en el marco del programa de asistencia financiera», ha dicho en rueda de prensa el portavoz comunitario Olivier Bailly.
El Memorando de Entendimiento (MoU) que fija las condiciones del rescate a los bancos españoles prevé un primer tramo de la ayuda de 30.000 millones de euros del total de 100.000 millones, que estaría disponible si fuera necesario para cubrir eventuales necesidades de capital antes de que Bruselas concluya su análisis sobre el sistema financiero, previsto para el mes de octubre, ha explicado el portavoz.
Para que este pago urgente se produzca es imperativo que el Ejecutivo comunitario reciba una solicitud «justificada y cuantificada» del Banco de España, algo que no ha ocurrido, según ha recalcado Bailly.
Una vez recibida la petición, el pago debe ser aprobado por Bruselas, por el Grupo de trabajo de la Eurozona y por el Banco Central Europeo, un requisito que llevaría «días, dos semanas como máximo», según fuentes conocedoras del proceso.
El protocolo del MoU establece ejecutar la ayuda a las entidades españolas por grupos, el primero de ellos el de las que han sido nacionalizadas, esto es Bankia, Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia.
El Ejecutivo comunitario «está analizando el plan de reestructuración» de este grupo de bancos para presentar sus conclusiones «en el mes de octubre», y será este análisis el que «condicione la inyección de capital» a través del fondo de rescate europeo y del FROB, según ha detallado Bailly.
No obstante, es posible activar un «procedimiento de emergencia» para adelantar un primer tramo de 30.000 millones antes de que Bruselas concluya su examen, pero para ello «hace falta que la Comisión reciba una petición fundada y cuantificada de parte del Banco de España, y que esa petición, justificada y cuantificada, sea aprobada por la Comisión, por el grupo de trabajo de la Eurozona y por el BCE».
Bailly no ha querido aclarar los tiempos que serían necesarios para activar de la forma más urgente el pago del primer tramo y ha insistido en que no hay petición formal: «Por tanto no puedo, en absoluto, confirmar los escenarios publicados hoy en la prensa». El «primer obstáculo» para ejecutar la inyección urgente, ha insistido, es que «no hay petición» de España.