Repsol deja de lado el crecimiento y apuesta por la creación de valor con un objetivo claro: preparar la siguiente etapa de crecimiento, gracias a la adquisición de la petrolera canadiense Talisman Energy. Así lo ha anunciado este jueves el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, durante la presentación del Plan Estratégico 2016-2020. La petrolera prevé unos ingresos de 20.000 millones de euros durante los cuatro próximos años (que se quedarían en la mitad en caso de mantenerse bajos los precios del crudo) y que destinará sobre todo a inversión, dividendo y a reducir deuda, uno de los aspectos en los que más ha incidido el primer ejecutivo de la compañía. Además, la compañía pretende obtener 6.200 millones de euros por desinversiones en activos no estratégicos.
Con estas desinversiones, Repsol espera reducir la deuda derivada de la compra de Talisman y garantizar el dividendo (que ahora se encuentra en un euro por acción) incluso en un escenario adverso. Ahora bien, ha advertido Imaz, si el precio del barril de petróleo sube, la compañía destinará una mayor cantidad de dinero a reducir deuda (que hoy alcanza los 14.000 millones de euros y la empresa quiere recortar a la mitad) y aumentará el dividendo. «Vamos a gestionar esta compañía como si el precio del petróleo hubiera venido a quedarse a 50 dólares, aunque no se va a quedar», ha asegurado Imaz. Las previsiones de la petrolera es que el precio casi se duplique en estos cuatro años, llegando hasta los 91,8 dólares el barril.
El consejero delegado de Repsol se ha negado este jueves a dar ninguna pista sobre los activos en los que la empresa tiene previsto desinvertir. Aunque todo apunta a que esta estrategia no afectará a su participación en Gas Natural. Ante la atenta mirada del presidente de la compañía, Antonio Brufau, Imaz incluso se ha atrevido a no descartar una mayor integración en la compañía gasista, en la que actualmente participa con un 30%. «Repsol está satisfecho y confortable con esta participación», ha zanjado el primer ejecutivo.
A su vez Imaz ha querido advertir de que los 6.200 millones de desinversión son «importantes» pero no muy «relevantes» para la empresa, que actualmente tiene 44.000 millones invertidos y tiene intención de invertir 23.000 millones más a lo largo de los próximos cuatro años. «Estamos en una fase en la que Repsol busca eficiencia, pero no está dejando de invertir», ha insistido el consejero delegado, que ha asegurado que Repsol va a llegar a 2020 produciendo más. Según Imaz, Repsol podría terminar produciendo en 2020 más de 900.000 barriles, pero como la estrategia se basa en la creación de valor, la producción se dará por satisfecha en los 750.000 barriles.
El plan prevé un ahorro de 2.100 millones de euros anuales a partir de 2018, y uno de los aspectos en los que la compañía ya ha anunciado que recortará es en plantilla. En concreto, prescindirá de 1.500 empleados en los próximos tres años, aunque Imaz no ha querido confirmar en qué medida esta reducción afectará a España. «No puedo adelantar nada aún. Aún estamos en periodo de negociaciones, pero no vamos a reducir el número de empleados en tres años por un estrés en caja, lo vamos a hacer porque desde el punto de vista competitivo de la compañía es bueno que busquemos la eficiencia», ha zanjado.