El calvario de Abengoa no ha hecho más que empezar. La firma sevillana solicitó el jueves pasado el preconcurso oficial de acreedores, que es el primer paso hacia la liquidación, aunque es posible llegar a un acuerdo antes de ese desenlace. El proceso está regulado por la Ley concursal (artículo 5 bis) que establece tres meses, más uno adicional, para que la empresa negocie un acuerdo. En la actualidad, el futuro no está claro, pues unas voces piden llegar a un acuerdo antes de la liquidación y otras rechazan arriesgar más dinero.
Las agencias de calificación han rebajado la deuda de Abengoa hasta el nivel de quiebra, Standard & Poor la sitúa en el escalón más bajo de su clasificación, al igual que hiciera Moody’s anteriormente. Los pequeños acreedores de la firma, que tienen en su poder bonos y otros derechos de cobro (se estima que tienen invertidos unos 4.420 millones de euros) han contratado al mayor liquidador de empresas del mundo, Houlikan Lokey. Esta firma, que se ha impuesto a otro gigante, CJ Partners, es un viejo conocido de grandes quiebras a nivel mundial como fueron las de Enron, Lehman Brothers o Martinsa-Fadesa (hasta ahora la mayor de la historia de España).
Las malas noticias para Abengoa no terminan ahí. Su filial en Estados Unidos, Abengoa Yield, que cotiza en el Nasdaq, ha solicitado a la SEC (el regulador bursátil norteamericano) desligarse de la matriz. Asimismo, ha comenzado un baile de sillas en la cúpula. El hasta ahora consejero delegado, Santiago Seage, ha dejado su puesto y se marcha a Abengoa Yield. José Domínguez Abascal, hasta ahora presidente no ejecutivo de la compañía, asume la Presidencia con poderes ejecutivos y Joaquín Fernández de Piérola, hasta ahora presidente de Abengoa México, asumirá el cargo de director general.
‘Buenas noticias’
No abundan las buenas noticias para la firma, pero las hay. Según el diario ‘El Economista’ existe la voluntad de que la empresa no llegue a ser liquidada. El periódico señala que la banca planea salvar a la firma andaluza gracias a una fuerte quita de su deuda, que se valora en 20.000 millones entre créditos, líneas circulantes y financiación de proyectos.
Esa voluntad del sector financiero se suma a las presiones que se ejercen desde la política española para salvar la empresa. El ejecutivo 'popular' presiona a las entidades para intentar llegar a un acuerdo. El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha argumentado que “lo deseable es que se llegue a un acuerdo”. Por su parte, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, garantizó que el Gobierno de España será activo en la búsqueda de una solución “de futuro” para la firma andaluza.
No son los únicos. Desde el PSOE también piden que no se deje caer a la empresa. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, había pedido a La Moncloa que ayude a la empresa a través del ICO. La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, solicita mayor implicación a las entidades bancarias para llegar a un acuerdo. Otras fuerzas, como el candidato de Izquierda Unida, Alberto Garzón o los sindicatos, también se muestran favorables a una eventual ayuda pública.
Casi 1.000 millones en dinero público
El ministro de economía, Luis de Guindos, ha señalado que el erario tiene comprometidos con la firma andaluza 415 millones de euros. En concreto, Cesce tiene una exposición de 210 millones, el ICO de 130 millones y Cofides de 75 millones. La cuenta no acaba ahí, ya que el ministro no ha contabilizado los más de 600 millones que Bankia (un 64% propiedad del Estado) tiene comprometidos en Abengoa.
Pero no todas las fuerzas políticas están a favor de salvar a la firma sevillana. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha destacado que el Estado no debe de rescatar a Abengoa porque no se puede “salvar los muebles” a una empresa que no ha hecho bien las cosas. Curiosamente, el único partido que coincide con Ciudadanos es Podemos. Su líder, Pablo Iglesias, ha recalcado que el Estado no puede reflotar una empresa “para socializar pérdidas”.
Uno de los más críticos con la idea de un posible rescate público de Abengoa ha sido uno de los hombres fuertes e ideólogo económico de Ciudadanos, Luis Garicano. En la red social Twitter, el profesor en la London School of Economics señaló que “Capitalismo de amiguetes: Elecciones 2011, Abengoa sustituye en Consejo al hermano de Sebastian por Ayudante de Montoro”. También aseguró que considera una “locura” rescatar a una empresa con un volumen de deuda es tres veces superior al dinero que destina España a I+D.