Air Nostrum, la aerolínea franquiciada de Iberia para vuelos regionales, ha alcanzado un acuerdo por valor de más de 150 millones de dólares para la adquisición de seis aviones nuevos del modelo CRJ1000 NextGen de Bombardier.
La transacción se ha cerrado con el banco inglés Investec y en colaboración con la entidad canadiense EDC (Export Development Canada). La operación se llevara a cabo a través de un arrendamiento operativo. Investec es una entidad especializada en banca y gestión de activos que cotiza en el mercado bursátil de Londres y Johannesburgo y forma parte del selecto índice FTSE 250. EDC es la agencia canadiense de crédito a la exportación.
La transacción tiene un plazo de vigencia de diez años y contempla la entrega de los cuatro aviones que han entrado entre marzo y mayo, así como la posibilidad de extenderse para otras dos aeronaves adicionales a lo largo de este año.
Esta acción se enmarca en el proceso de renovación de flota que está acometiendo la compañía por un valor de más de 800 millones de euros. El plan de flota prevé la incorporación entre 2016 y 2018 de veinte reactores CRJ 1000, de 100 plazas, que irán sustituyendo paulatinamente a los CRJ 900, de 90 plazas.
Este proceso supondrá, por una parte, continuar en la mejora de la competitividad con una mayor reducción del coste por asiento. En cinco años el módulo medio de la compañía habrá pasado de 75 a 88 plazas, siguiendo una estrategia iniciada en plena crisis y que ahora también han iniciado la mayor parte de las grandes regionales del mundo.
Por otra parte, la entrada de aviones nuevos implicará un rejuvenecimiento que convertirá a Air Nostrum en la aerolínea regional europea de su tamaño con la flota más joven. A finales de este año la edad media en las aeronaves será de 7,9 años, lo que supondrá una reducción de un 7% con arreglo a 2015, disminución que continuará hasta los 6,6 años en 2018, es decir, un rejuvenecimiento de un 22,3%.
Air Nostrum anunció su plan de flota este mes coincidiendo con la presentación de resultados. La aerolínea cerró el ejercicio de 2015 con un beneficio de 11,3 millones de euros, lo que supone triplicar lo obtenido el año anterior y consolidar la solvencia de la compañía tras la reestructuración llevada a cabo en los años anteriores.