Las empresas que pretendan ofrecer puestos de trabajo a través del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) están obligadas a hacerlo a través de un número telefónico que empieza por 901, por lo que la operación la operación les puede costar un mínimo de 6 minutos de espera y el 50% del coste total de la llamada. Además, en muchos casos están obligadas a soportar largos tiempos de espera. En verano las dificultades se disparan, pues para el usuario sólo es posible recibir atención en persona en horario de mañana.
El origen del problema, que podría actuar con un factor desincentivador de la contratación, radica en el teléfono 901010121 con que cuenta el SEPE para que las empresas puedan ofrecer empleo a los parados. Un mecanismo que, en esta época estival, funciona con más lentitud de la que aconseja la actual situación económica y laboral: atiende en un tiempo mínimo estimado de 6 minutos justo cuando, según los datos últimos de CIS, el paro es el mayor problema entre los españoles.
Estrella Digital ha hecho la prueba. Llamamos por la mañana. Marcamos el 901010121 y una voz grabada indica al usuario las cuatro opciones -incluye la opción 0- que puede realizar a través de este teléfono al tratarse de una empresa. La primera se refiere a información general, la segunda es para conocer la aplicación para contratos por internet y la tercera para la obtención de un reconocimiento oficial profesional. En cuarto y último lugar aparece por fin la opción buscada, aquella que permite que cualquier empresa que llame al citado número telefónico dejar constancia de su oferta de empleo y encontrar al profesional que se adapte a sus necesidades. Una opción que, paradójicamente, se combina con la posibilidad de recibir ayuda para navegar por la web del SEPE.
Cuando se llega a la cuarta opción ya llevamos 1´15 minutos colgados al aparato. Es entonces cuando la misma voz advierte al interesado de que el “tiempo estimado de atención de la llamada es de seis minutos”. Pensamos que es un error y volvemos a repetir la llamada, pero el camino vuelve a ser el mismo. Aguantamos un poco pero poco después, desanimados, desistimos y decidimos colgar. A la tercera va la vencida y es cuando por fin es posible formular la petición.
¿Fuera de horario?
Pero el paciente demandante de personal decide confiar en el buen hacer y la bondad de la administración. Así que, por si acaso el origen de la anterior parálisis fuera una saturación en la línea, repite la jugada a las 14:25. A esta hora, el interesado escucha atónito el siguiente mensaje: «Sentimos no poder atenderle personalmente en este momento. Para hablar con uno de nuestros agentes, llame de lunes a viernes de 8:00 a 15:00 horas». Parece una broma, puesto que este último intento ha sido realizado más de media hora antes del teórico momento de cierre del servicio.
Casualidad o no, el teléfono que el SEPE pone a disposición de las empresas no es gratuito sino que el coste de los teléfonos 901 se reparte entre el usuario -en este caso que nos ocupa interesado en contratar a un trabajador- y quien tiene contratado el servicio telefónico, que paga la otra parte. Según algunas asociaciones de consumidores de España, el 901 es un número bastante usado en la Administración pública y su precio depende del operador. Estas organizaciones alertan de que el coste de las llamadas se dispara cuando se realizan desde un móvil.
Lo que a simple vista parece un buen servicio, que podría solucionar la situación laboral de alguno de los 3,7 millones de parados, parece estar convirtiéndose en un negocio telefónico de espera, para la desesperación de las empresas que buscan contratar a personas en muchos casos (también) desesperadas.
María Hernando