El Banco Popular prescindirá en octubre a 2.800 trabajadores como consecuencia de un ERE que se presentará a finales del mes de septiembre y que incluye prejubilaciones, bajas voluntarias y el cierre de de varias sucursales, según informa el diario Expansión. En total, se estima que la plantilla se reducirá un 20%.
La entidad financiera y los sindicatos se reunirán este jueves a la espera de que se concrete el plan de ajuste. Si se alcanza el acuerdo con los representantes de los empleados, se espera que dicho ERE se aplique en octubre.
Con la aplicación de estas medidas se pretende ahorrar unos 175 millones de euros a partir del año 2017, lo que supone un 10% de los costes operativos y casi el 19% de los gastos personales. La intención es “mejorar la eficiencia de la entidad”, explicó Pedro Larena, nuevo consejero delegado de la entidad. A su vez, exigirá una inversión de 375 millones euros dentro del plan de 2018.
El Banco Popular pretende que la ejecución del ERE se centre sobre todo en las prejubilaciones, ya que más de 3.000 empleados superan los 55 años. Actualmente, la entidad cuenta con 13.480 empleados trabajando en España por lo que el recorte afectará a un 18.5% de la plantilla.
Esta amplia reducción de plantilla lleva barajándose desde la última junta de accionistas celebrada el pasado mes de abril, cuando el presidente de Banco Popular, Ángel Ron, adelantó que se podría realizar un ajuste en el caso de que las condiciones de mercado lo aconsejasen.
Desde el año 2001 hasta el año pasado, la entidad financiera ha recortado ya un 23,5% de sus oficinas y un 17% de sus empleados.
Andrea Morea