Al fondo que asegura que no es “buitre” se le acumulan los problemas y busca compradores. Springwater, fondo suizo con sede en Luxemburgo que busca empresas en dificultades para rentabilizarlas a corto plazo, tiene una nueva víctima, Imtech. Los impagos en las nóminas a los trabajadores y en la provisión de material para cumplir los contratos afectan a personas reales, los trabajadores y también a los usuarios de lugares como la Fundación Hospital de Calahorra, que se ha quedado sin servicio de mantenimiento.
Springwater asegura que no es “un fond buitre”, sino que busca oportunidades para empresas en dificultades. Pero lo cierto es que no todas las empresas que adquiere tienen dificultades, y muchas de las que caen en sus manos acaba teniéndolos. La Audiencia Nacional ha anulado el ERTE sobre Unipapel, pero eso no ha disminuido las dificultades de sus trabajadores.
Ni las dificultades de sus empresas. Pullmantur Cruises ha tenido pérdidas de decenas de millones este año, que el departamento de comunicación del fondo que dirige Martn Gruschka atribuye a que “bajo la dirección del equipo anterior se produjo un deterioro en los resultados”.
El fondo suizo asegura que “no gestiona” las empresas que compra. Sin embargo, fuentes de estas mismas empresas aseguran a Estrella Digital que las empresas bajo su control están sometidas a vigilancia por medio de un consejo de dirección semanal y que la “gestión financiera está totalmente en sus manos”, en palabras de un alto directivo. En ese sentido, Springwater niega las informaciones que aseguran que gestionó la tecnológica Daorje, ahora bajo control de Zima Robotics. Lo cierto es que al adquirirla tomaron el control total de la compañía, si bien encargaron la gestión aun ejecutivo anteriormente ajeno a la estructura de Springwater. Esta empresa estaba al mismo férreo control financiero que tiene el resto de compañías bajo su paraguas.
Aunque se niegan a ser llamados “fondo buitre”, lo cierto es que este fondo de inversiones ha dejado un importante reguero de víctimas en su camino empresarial. Algunas de ellas, joyas de la industria y la tecnología española, como Unipapel cuyo conflicto está sin resolver. Entre los extraños procederes a la hora de gestionar es paradigmático el caso de Imtech. Tras explicar un directivo a los sindicatos que solo estaban interesados en la división industrial, no en la de mantenimiento. Casi a continuación, varias nóminas de la división de mantenimiento quedaban sin pagar. Los trabajadores se manifestaron frente a la sede de Springwater en la Gran Vía de Madrid.
Hace unas semanas Springwater se deshizo de otra de sus joyas, la empresa de servicios industriales Nervión. La compañía metalúrgica pasa a manos de la tecnológica Amper a cambio de 4,75 millones de euros, una cantidad llamativa si tenemos en cuenta que la previsión de Nervión es facturar más de 100 millones y tener unos beneficios de 4,7 millones, sin deuda financiera, según la información que se facilitó a la CNMV al comunicar la operación. Fuentes del sector atribuyen este movimiento a las necesidades de financiación de la propia Springwater.
Esta operación va en consonancia con el rumor desatado en el sector turístico sobre la venta de una parte de Wamos, el buque insignia en este sector de Springwater.
A pesar de todas estas dificultades, nada parece impedir que el financiero Martin Gruschka siga planeando por el paisaje a la busca de más empresas moribundas a las que sacar rendimiento económico, aunque ellos se niegan a ser llamados buitres.