Las distintas representaciones sindicales con presencia en Banco Santander y Banco Popular, han mantenido una reunión con las direcciones de ambos bancos para «formalizar la apertura la mesa negociadora para la optimización de los Servicios Centrales de Banco Santander España y sus unidades de apoyo, los Servicios Centrales de Banco Popular y su Centro Corporativo», dentro del proceso de convergencia de ambas empresas, según las centrales sindicales.
Mientras los sindicatos solo hablaban de “optimización”, la entidad declaraba que “Santander actuará bajo el criterio de meritocracia, con la idea de aprovechar el mejor talento de ambas entidades y hará un esfuerzo especial para que las salidas que se produzcan como consecuencia de esta integración se realicen en buenas condiciones”. «Los ajustes que sea necesario acometer», acaban reconociendo los sindicatos, «deben hacerse siempre desde la proporcionalidad, la compensación adecuada y la voluntariedad de las personas afectadas».
Rojo pero en botella: recorte de plantilla a la vista. Por ello, la entidad anuncia, también que “aprovechará al máximo la movilidad interna hacia otras unidades del Grupo. Además, Banco Santander contratará a una empresa de recolocación, que en anteriores procesos facilitó ocupación al 80% de quienes quisieron seguir trabajando”.
Recortes para mantener beneficios
La pasada semana el Santander sacaba pecho: sus resultados mejoraban las expectativas de los mercados y subía su capitalización. No importó a los inversores la letra pequeña del resultado: la actividad bancaria tradicional en España no mejora.
Efectivamente, la caída de márgenes y la reducción de comisiones solo deja una vía al crecimiento: los recortes. El Santander gana dinero en Brasil y Latinoamérica, gana menos en el Reino Unido, y se congela su negocio español.
El margen de intereses del Santander en España (sin el Popular), que mide el negocio puro bancario, se redujo un 4,7% respecto al mismo periodo de 2016 debido tanto a los bajos tipos de interés europeos como a que el crédito apenas crece.
Esta situación venía compensándose con el crecimiento de comisiones que, fundamentalmente, nacen del traspaso de depósitos a inversión. Sin embargo, sea por el verano como dice en la entidad o por la incertidumbre, la tendencia parece acabarse. Las comisiones cayeron un 5,2% en el tercer trimestre. El recorte será de plantilla. En primera instancia, los servicios centrales; al año próximo, la estructura tecnológica determinara el cierre de agencias y nuevos despidos.
En 2016, tanto el Santander como el Popular aplicaron sendos EREs a sus plantillas. En el caso del Santander, afectó a 1.360 trabajadores, mientras en el Popular se cerró en julio la salida de 2.592 trabajadores, el 17% del total, además del cierre de unas 300 oficinas del total de 2.093 sucursales con las que contaba la entidad. Tras la absorción de Popular, Santander cuenta con 200.949 empleados, un 0,3% menos que tres meses antes, según los datos proporcionados por la entidad al cierre del tercer trimestre.
Reducción de servicios centrales
En la reunión celebrada hoy con los sindicatos, bajo el eufemismo de “la mesa negociadora para la optimización” de los servicios centrales, se empieza a hablar de un ajuste que afectara a un volumen de plantilla próximo a los 1.500 efectivos.
El objetivo de la entidad es que la reducción de plantilla se efectúe antes de enero del próximo año. En una primera fase los despidos afectarán a Boadilla y en una segunda a las agencias.
La negociación sindical se efectuará en dos mesas diferentes, una para negociar el personal afectado en los servicios centrales de Santander y otra para los de Banco Popular, aunque las condiciones que se ofrezcan serán las mismas. El argumentario del Banco se basa en el panorama financiero español que no acaba de arrancar, como se ha señalado líneas arriba.
El ajuste de agencias
El ajuste de la red de oficinas no se va a ejecutará hasta que los sistemas informáticos del Popular estén integrados con los de Santander, lo que no se producirá hasta principios de 2019. «Va a llevar 18 meses más”, explican fuentes conocedoras del proceso. Por el momento, no hay cifras sobre cuántos, quiénes y cómo se ejecutarán las salidas en las sucursales.
Santander camina hacia las macrosucursales, con menos oficinas y más digitalizado.
El efecto Popular
El Popular ha generado una pérdida atribuida de 122 millones de euros por un cargo no recurrente de 300 millones de euros registrado en el tercer trimestre para costes de integración. Desde junio, el Popular ha aportado un beneficio ordinario de 178 millones, compensados por los trescientos millones.
El Santander está tratando de recuperar tanto los depósitos perdidos como la política crediticia del banco incorporado. Los 20.000 millones de depósitos perdidos se han recuperado en su cincuenta por ciento; sin embargo la cartera crediticia del banco sigue reduciéndose, ha caído un 3% desde que el Santander se hizo cargo, lo que repercute en la baja actividad bancaria española del Santander.
Miguel de la Balsa