sábado, septiembre 28, 2024
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Uber: el juicio de los secretos

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Anthony Levandowski, el juzgado, todavía estaba en la universidad cuando la leyenda de su destreza en ingeniería se convirtió en noticia.

Como estudiante, fue premiado por la Universidad de California, Berkeley, por ganar una competición de ingeniería al construir un robot con Legos que podía clasificar el dinero del Monopoly. El éxito inicial – llegó a ser citado por New Yorker, el Financial Times y otros – se convirtió en una auténtica trama al convertirlo, aparentemente, en un superhéroe de los vehículos autónomos en Silicon Valley.

Este lunes ha comenzado un juicio que dirimirá un conflicto entre Uber y Google sobre secretos industriales, en el que Lewandowsky es pieza clave, En realidad el juicio pone de manifiesto la realidad sórdida que rodea a las grandes innovaciones.

La demanda de Google 

Levandowski es la figura central en esta disputa entre gigantes multimillonarios.. El pasado mes de febrero, justo cuando Uber comenzaba su investigación, Waymo – del grupo Google- presentó una demanda acusando a Uber del «robo calculado» de su tecnología de automóvil sin conductor.

La queja, con tintes novelísticos, explotó el relato de las ambiciones por la obtención de vehículos autónomos por parte de Uber, transformando a Levandowski de un niño prodigio a un supervillano de la noche a la mañana.

Levandowski empezó dirigiendo un equipo en el Darpa Grand Challenge 2004, un reto tecnológico financiado por el gobierno de los Estados. El equipo estaba en el Smithsonian pero estaba limitado para competir. Luego pasó a trabajar para Google, donde jugó un papel central hasta que renunció, sin previo aviso, en enero de 2016.

Las circunstancias que condujeron a la abrupta salida de Levandowski de Google se harán públicas ante el jurado de San Francisco.

Las declaraciones originales, presentadas en agosto de 2016, fueron que Levandowski dejó Google para fundar su propia compañía, Otto, donde planeaba desarrollar una tecnología de conducción autónoma para camiones.

La puesta en marcha y su talento de ingeniería captaron el interés del entonces CEO de Uber, Travis Kalanick, que consideraba la estrategia de los automóviles sin conductor. Comenzó una relación, con Kalanick cortejando al ingeniero en largas caminatas nocturnas al puente Golden Gate en la primavera de 2016.

Uber, acusado de robo de la tecnología de Google

 «Siento que somos hermanos de otra madre», dijo Kalanick a Bloomberg en el momento en que anunció la adquisición por parte de Uber del programa de automóviles sin conductor.

Que Levandowski habría estado alejado de la fábrica y datos de Google para construir su propio auto sin conductor en el garaje de Palo Alto, son simplemente argumentos para construir una buena historia.

Tras la demanda de Google, Uber no ha negado que Levandowski se llevara los archivos, mientras que el ingeniero ha invocado la quinta enmienda contra su autoincriminación.

Uber dice que las acusaciones que recibe de Waymo (Google) son una pantalla de hunmo para quedarse con la propiedad intelectual de la investigación, sin que haya evidencia de que nada esto hubiera en los archivos robados.

Lewandoski niega delitos

No importa cómo encuentre el jurado  las acusaciones  que se han cruzado ambas compañías. Kalanick, el reconocido tramposo CEO de Uber, envió un mensaje de texto en octubre de 2016 al empleado de Uber en la que detalla acciones de obtención de información no éticas e ilegales.

Levandowski fue despedido por la reclamación de Google El antiguo sabio parece haber dirigido su atención a asuntos divinos: ha fundado el “Camino del Futuro”, una iglesia que tiene la intención de «desarrollar y promover la realización de la Divinidad basada en la Inteligencia Artificial».

 

 

Miguel de la Balsa

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