El resultado que ha comunicado hoy la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es el mejor que ha tenido en un primer semestre durante los últimos diez años.
El beneficio neto ajustado, el que mide la marcha de los negocios, se situó en 1.132 millones de euros, un 11,5 % más que en el mismo periodo del año anterior, mientras que el resultado bruto de explotación (ebitda) fue de 3.811 millones, un 22,6 % más, y ebitda ajustado de 3.529 millones, un 10,5 % más.
La compañía ha atribuido los resultados del semestre, marcado por unos precios del crudo más elevados, con el precio del barril de Brent un 36 % por encima de los de un año antes y con el precio de referencia Henry Hub para el gas un 11 % por debajo, y por un dólar débil frente al euro, a su modelo de negocio integrado y a las medidas de eficiencia implantadas.
Repsol incrementó su producción de hidrocarburos un 5,7 % en la primera mitad del año, hasta alcanzar los 724.000 barriles equivalentes de petróleo al día, gracias a la puesta en marcha de proyectos en Trinidad y Tobago, Reino Unido, Argelia y Malasia, así como al aumento de la aportación de Libia y Noruega.
Por áreas de negocio, el beneficio neto ajustado de la actividad de «upstream» (exploración y producción) se disparó a casi el doble, al alcanzar los 647 millones de euros, un 90,9 % más.
En el área de «downstream» (refino y comercialización), el resultado neto ajustado cayó un 18 %, hasta los 762 millones de euros, ya que los negocios industriales (refino y química) se vieron influidos por un entorno menos favorable, la debilidad del dólar frente al euro y las paradas de mantenimiento en los complejos de Puertollano (Ciudad Real), Tarragona y Sines (Portugal).
La deuda neta del grupo se redujo un 64 % con respecto al 30 de junio de 2017 y se situó en 2.706 millones de euros al cierre del semestre, debido, principalmente, a la venta del 20 % de participación que tenía en Gas Natural Fenosa (ahora Naturgy) por 3.816,3 millones de euros.
Redacción